Del error se aprenden muchas cosas, muchísimas, aunque no lo parezca: Por ejemplo, si nos examinamos de matemáticas y suspendemos no pasa nada, no hay que entristecerse por un suspenso: Hay que poner cara alegre, mucho optimismo, reconocer nuestro error y saber que a la próxima hay que estudiar más para el examen.
Hay otros errores o malentendidos que podemos tener con nuestros amigos. Este tipo de errores suele pasar, tanto eso como otros conflictos. Eso se arregla con el perdón, pero tampoco hay que ser demasiado bueno: Si una persona abusó de ti demasiado e intenta pedirte perdón, actúa rápidamente pasando de esa persona, no le digas nada, hazte el sueco y sigue adelante. Ese tipo de personas nunca llegan a nada ni llegarán, son los falsos amigos, las malas personas del mañana (tal y como os hablé en el capítulo 5 de mi diario). Pero ojo, no actúes así cuando alguien que ha sido amable contigo y tú has sido amable con esa persona, perdónala, dale otra oportunidad. Nadie es perfecto, todo el mundo se merece otra.
Pero no todos los errores se pagan con un perdón, también hay que pagar las consecuencias del error: Cuando alguien atropella a una persona accidentalmente, pide perdón, sí, pero sabe que tiene que pagar sus consecuencias, tales como ir a la cárcel o quitarle el carnet de conducir, en el caso de mi ejemplo.
Todos los seres humanos cometemos errores, que nos ayudan a mejorar y a convertirnos en verdaderas personas el día de mañana. Pero hay gente mala en el mundo que comete errores aposta con el fin de molestar a las buenas personas. Esas personas son personas sin corazón y educación, malas personas el día de mañana cuyos errores los pagarán a un precio muy caro.
Os aconsejo (si queréis ser personas formadas y respetadas el día de mañana) que no os unáis al lado oscuro, con las malas personas. Manteneos en el mismo campo, no salgáis de él y luchad para ganar a las malas personas.
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