lunes, 24 de octubre de 2011

Historia de una adolescente: Capítulo 5: Sheila, presidenta de la campaña ecologista

¡Hola, chicos! Soy Sheila, y en mi opinión, mis amigas y mi familia son lo mejor que me ha pasado en mi vida, lo más importante, mi mejor apoyo. No sé qué podría hacer sin ellos. De no ser por su compañía y los ánimos que me dieron, tal vez no hubiese sido ni miembro de la campaña ecologista del Burton High.

Todo comenzó esta mañana: Eran las elecciones para la campaña ecologista del colegio. La presidenta, Abigail (una chica a la que admiro por su amor a la ecología y a los animales, su madurez, su carácter resuelto, sensato y diplomático), se iba a retirar de la campaña. La señorita Bennett, nuestra tutora, nos informó del evento esta mañana, durante la hora de tutoría:

-Como sabéis, Abigail Gilbert, la presidenta de la campaña ecologista de este centro, va a retirarse. Los que os habéis presentado para presidentes de esta clase (Dean, Valerie y Sheila) tenéis que venir al recuento de votos, que se organizará hoy en el centro a las cinco. Por favor, no faltéis, ¿de acuerdo? 

De mi clase, sólo Dean, Valerie y yo nos habíamos presentado para presidentes de la campaña, pero las chicas y yo ya habíamos intuido desde el principio que Dean y Valerie sólo querían presentarse para manejar la campaña a su manera. A ellos no les importa en absoluto la ecología ni los animales. 

-De acuerdo-prometimos.

-Muy bien-concluyó la señorita Bennett-. Os deseo suerte para cada uno y que gane el mejor.

La hora pasó volando, como las hojas de otoño, barridas por el viento. Ciara, Felicity, Melisa, Alex, Ella y yo almorzábamos tranquilamente mientras hablábamos sobre el tema:

-Yo creo que vas a ganar tú, Sheila, eres una gran ecologista y ya lo has demostrado en varias ocasiones-me dijo Ella.

-Gracias, Ella, pero no se sabe-dije.

-No seas pesimista, Sheila, desde que empezamos primero de Secundaria demostraste tu amor por los animales-me dijo Ciara-. Y desde primero comenzaste a admirar a Abigail. Se sentirá orgullosa de que tú ocupes su puesto. 

-Gracias, pero, como antes he mencionado, no se sabe si ganaré-dije-. Igual Abigail quiere a alguien más....competente. 

-Abigail nunca permitiría que unos lerdos como Dean y Valerie ocupen su puesto-dijo Alex.

-Eso es cierto-dijo Felicity.

-Pero no sólo compiten Valerie y Dean, compite más gente-repliqué-. De verdad, muchísimas gracias por darme ánimos, pero no estoy segura.

En ese mismo instante, Abigail se acercó a nuestra mesa:

-Buena suerte, Sheila. Si ganas, estoy completamente segura de que manejarás mi cargo mejor que yo-me deseó-. Eres una chica con talento natural-añadió. 

-Muchísimas gracias por el cumplido, Abigail, pero no estoy segura todavía-dije-. Y muchísimas gracias por haber venido a darme ánimos. 

-De nada, para eso estamos-me dijo Abigail-. ¡Hasta luego!

-¡Hasta luego!-me despedí.

Dicho esto, Abigail se fue acompañada de sus amigas. Las chicas me miraron, y Ciara me dijo:

-¡Hasta Abigail te viene a dar ánimos! ¡Qué considerada! No me extraña que la admires tanto. Es una buena chica, además de buena estudiante. Reconozco que también la admiro un poquito.

-Debería tener popularidad, pero, por desgracia, la tiene la descarada de Valerie, que ni se la merece-dijo Melisa.

Melisa tenía razón: Valerie no se merecía tener tanta popularidad.

-¡Puaj! ¡Y encima se presenta si es peor que una mosca carnicera!-dijo Felicity, con repugnancia.

-Como siempre y una vez más, nuestra querida Felicity y sus fobias atacan de nuevo-intervino Dean.

Dean Webster es una persona de lo más desagradable, y las personas desagradables nunca llegarán a ninguna parte ni cambiarán, por desgracia.

-Haznos un favor, Dean-le plantó cara Ciara-. ¿Por qué no desapareces?

-Sólo venía a hablar con Sheila-respondió Dean.

-Ve al grano-intervine mientras lo fulminaba con la mirada.

-Si gano yo, pienso convertir esta asquerosa campaña en un lugar de videojuegos-me explicó-. Despedíos tú y Abigail de lo que a esta campaña le queda de "vida".

-¡No es justo!-replicó Ciara-. ¡Los profesores aprobaron la idea de Abigail cuando ésta fundó la campaña! ¡No puedes convertirla en un lugar de videojuegos o comosellame eso! ¡No te lo permitirán!

-Eso me da igual, tengo mis métodos para hacer que suspendan la idea para siempre-dijo Dean.

-Métodos sucios y crueles-intervino Alex.

-Y repugnantes como tú-añadió Melisa.

-Agradezco vuestros piropos, pero no tengo tiempo para tonterías-dijo Dean-. Dejad lo de ligar para otro momento, ¿vale? Si queréis ligar conmigo, procurad hacerlo fuera del colegio. Tengo muchos ratitos libres, ¿sabéis?

-Eres un estúpido, no pretenderíamos ligar contigo ni aunque fueras el único chico de este planeta-dijo Ella.

-¡Y no te permitirán el lujo de convertir nuestra elegante campaña en un horrible lugar de videojuegos!-intervine.

-Ya te he dicho que tengo mis métodos para hacer que los profesores suspendan la campaña-dijo Dean-. Y una vez que lo proponga, no habrá vuelta atrás. Nos vemos en el recuento-se despidió.

No me despedí de él, su idea me estaba empezando a provocar náuseas y sus palabras aún más. Decidí dejar que se fuera.

-Estarán acorralados tarde o temprano-dijo Ciara-. No tendrán escapatoria. No te preocupes, Sheila-me dijo.

-Sí, ya recibirán la paliza en el recuento-me dijo Ella.

-Una muy buena que les servirá de lección-me dijo Felicity.

Entonces, para molestarnos aún más, llegaron Valerie y Jessica.

-Hola, pringada-me saludó Valerie-. ¿Lista para que os derrote a ti y a Dean?

-No, porque no tendrás ninguna posibilidad-respondí. En ese momento no había quién me detuviera, me sentía más poderosa, por alguna extraña razón-. Ni tú, ni Dean-añadí.

-¿Y crees que tú vas a ganar?-me preguntó Valerie con tono insolente-. ¡Ja, ja, ja!-se rió.

Jessica se unió a las carcajadas de su tirana amiga mientras yo intentaba coger el toro por los cuernos:

-Sí, pues claro. ¿Qué pasa?-me defendí-. ¿Tú no eres insolente la mayoría de las veces? Pues esta vez pienso ser yo la insolente, porque quiero defender la campaña y evitar que deje de existir. Quiero defender al mundo animal y vegetal. Puede que para ti no sea importante porque a ti nada más que te importa tu popularidad y tu persona, pero a mí me importa el mundo, los animales y los seres vegetales. ¿Por qué te estoy diciendo esto si ni siquiera te importa la calidad de vida del mundo en general?

Las chicas se quedaron atónitas al escuchar aquel sermón dirigido a Valerie. Yo me sentía cada vez más invencible.

-Odio la naturaleza, los bichos y los animales salvajes, deberían morir porque afectan a nuestro mundo y son un perjuicio-intentó defenderse Valerie de aquel sermón-. Seguro que tu amiga Felicity está de acuerdo conmigo. Sé que es insectofóbica, padece claustrofobia y teme a los animales salvajes.

-Deja de acosar a Felicity, no te ha hecho nada ahora-dije-. Y no pienso permitir que unos vanidosos como vosotros obtengáis la gloria: Ya estoy profundamente cansada de que siempre os colguéis las medallas del cuello y que nos las restreguéis por la cara. Pienso dar la cara por el mundo para cosechar mejores beneficios. Ni tú, ni Dean, os saldréis con la vuestra, intentéis lo que intentéis hacer para convertir nuestra campaña en algo feo, no me importa saberlo, porque la campaña perdurará. Ahora lárgate antes de que llame a la señorita Bennett y le explique con pelos y señales lo que haces a sus espaldas, serpiente pitón.

Valerie, que fue incapaz de sacar una nueva defensa, decidió irse.

-Gracias por haber dado la cara por mí, Sheila-me agradeció Felicity-. De veras. Temo a los animales salvajes y padezco claustrofobia e insectofobia, pero nunca estaría de acuerdo con la cabra loca de Valerie.

-Para eso están las amigas-dije, con una sonrisa.

-Ahora será mejor que nos preparemos para la siguiente clase-dijo Ciara-. La cosa va a estar reñida en el recuento, pero ahora hay que centrarse en las clases que nos quedan para terminar la jornada.

Le hicimos caso a Ciara: Era la que llevaba razón en aquel momento, y lo hacía para que ninguna se alarmara.

Terminó la jornada escolar. Estábamos agotadísimas y necesitábamos un descanso. Decidimos irnos a casa cada una por nuestra cuenta. Antes de irme, Ciara me dijo:

-Nos presentaremos contigo en el recuento para hacerte un poco de compañía. No olvides de traerte el guión y las propuestas para mejorar la campaña.

-Sí, vas a estar alucinante, no lo estropees como Felicity y como yo con los despistes-dijo Ella.

-Y no te estreses, recuerda, si lo haces todo tranquilamente, te irá bien en todo-me dijo Alex.

-Estarás despampanante, divina de la muerte-dijo Felicity.

-El término alucinante es mejor que esos términos pijitos-la contradijo Melisa.

-¡No son pijitos!-se defendió Felicity-. ¡Son ideales!

-Me vale cualquier término, no hace falta que os peleéis por ello-dije, para evitar una discusión de términos adecuados entre las hermanas Vega-. Gracias por todos vuestros consejos, pero tengo prisa. Necesito preparar el discurso, si no os importa. Os dejo. ¡Hasta luego!

-¡Hasta luego, Shey!-se despidieron.

Me fui a casa. Mi hermana pequeña, Susana, y mi hermano mayor, Joaquín, eran los que estaban en casa. Mis padres no estaban.

-¡Hola!-les saludé animadamente.

-¿Qué hay, hermanita?-me saludó Joaquín desde la cocina. Cuando mamá y papá no estaban, él se encargaba de preparar la comida.

Le di un abrazo a mi hermana pequeña de cuatro años, que vino corriendo a abrazarme.

-¿Qué tal en el cole, Susi?-le pregunté.

-De maravilla, hemos aprendido a sumar-respondió mi hermana-. He descubierto que las Matemáticas se me dan de maravilla. Me encanta jugar con los números. ¿Y tú?-me preguntó.

-Tengo que ir esta tarde al recuento de votos para el nuevo presidente de la campaña ecologista del colegio-le expliqué.

-¿Qué es un recuento?-me preguntó Susi.

-En la política, un recuento consiste en contar todos los votos para saber quién es el futuro presidente del país-le expliqué-. El presidente es aquel que se encarga de realizar mejoras en el país o en la República.

-Ajá-dijo Susi-. ¡En este mundo hay tanto que descubrir! ¡Es una caja de sorpresas!

Joaquín se rió. Era una alegría tener a Susi en casa para poder animarse. Se notaba que repetía las frases de mi madre: "¡En este mundo hay tanto que descubrir! ¡Es una caja de sorpresas!", entre muchas otras.

-¿Qué tal, Shey?-me preguntó mi hermano entonces.

-Bien, esta tarde hacemos el recuento de votos-respondí-. Una pena que Abigail deje su cargo. Era tan buena presidenta...además de haber fundado la campaña ecologista del Burton High.

-De vez en cuando hay que hacer cambios, no todo dura para siempre-me dijo Joaquín-. Además, ¿en qué curso está esa chica?

-En segundo de Bachillerato-respondí.

-Segundo de Bachillerato es un cargo muy cargante para un estudiante-dijo Joaquín-. Me acuerdo cuando lo hice yo. La Prueba de Acceso a la Universidad requiere tiempo y dedicación, sobre todo a horas de estudio. La pobre Abigail tuvo que renunciar a seguir con su cargo por eso.

-Sí-dije, comprendiendo la situación de Abigail.

¿Por qué todo lo más hermoso tiene que acabar? Una pregunta que seguro que os haréis siempre que algo hermoso se os haya convertido en una chapuza.

-Pero no temas, seguro que en cuanto ganes, todo irá viento en popa, o incluso mejor-me intentó animar Joaquín. <<Otro que tal bailaba>>,  pensé.

Reconozco que en ese momento estaba un poco estresada:

-¡Todos me dicen lo mismo!-repliqué-. ¿Qué sabréis todos si voy a ganar? ¡Es un recuento! ¡Igual no gano y uno de los pringados de mi clase, o Valerie, o Dean, convertirá nuestra elegante campaña en un recinto narcisista de videojuegos o en yoquesé lo que vayan a hacer! ¡A nadie ya le importa la ecología ni el mundo animal! ¡Estoy completamente sola! ¡Y el año que viene Abigail irá a la universidad y no habrá esperanza!

Entonces subí con furia a mi cuarto y me encerré en mi habitación. No es un comportamiento nada propio de mí, confiad en mí, yo no hago cosas así. Sólo que en ese momento me sentía demasiado presionada.

En mi cuarto, contemplé la foto de mi difunto abuelo Cornelius cogiéndome del cuello cuando era un bebé. Me acordé de él entonces, porque fue quien me enseñó el amor por los animales y la ecología. Y entonces un diálogo que mantuve con él cuando tenía seis años vino a mi mente:

"Sheila, no te opongas a la naturaleza. Nunca jamás. Los animales, plantas y seres humanos debemos vivir en armonía, como un gran clan. ¿Me prometes que nunca te opondrás a la Madre Naturaleza?"


"Lo prometo, abuelo, no te preocupes, no romperé tu promesa. Además, ahora siento una fuerte pasión por los animales, la ecología, la naturaleza y las plantas. Prometo no oponerme a la Naturaleza, por muchas campañas salvadoras que los artificiales intenten destruir, yo estaré allí para impedirlo".


"Sé fuerte, Sheila, eres capaz de conseguir todo lo que quieras si te lo propones. Vivo o muerto, siempre estaré orgulloso de ti".


Supe en ese momento que no debía rendirme. Como decía mi padre, antes morir que perder la vida. Ahora no temía al error y mi momento de poder volvió a su cauce. Fui a la cocina y me disculpé:

-Lo siento, Joaquín, me sentía demasiado presionada. No quería ponerte de los nervios.

-No importa, Sheila-me dijo Joaquín-. Me acuerdo cuando fui miembro del Consejo Escolar. Yo también me ponía muy nervioso cuando la gente me daba demasiados ánimos, y encima los mismos: "Vas a ganar, vas a ganar, vas a ganar".

-Es peor que en un partido de fútbol, la verdad-dijo la pequeña Susi.

Joaquín y yo miramos a Susi, perplejos.

-¿Qué?-preguntó mi hermana-. ¡Es la verdad!

-Sí, sí, Susi, te creemos-dijo Joaquín.

-Lo vas a hacer muy bien, Sheila-me dijo Susi.

-Gracias, Susi, por darme ánimos-dije-. Y gracias a Joaquín.

-De nada-dijeron Susi y Joaquín al unísono.

Después de comer y lavarme los dientes, fui a ensayar mi discurso para el recuento. A las cinco menos cuarto salí de casa acompañada por mis amigas y a las cinco menos cinco nos reunimos en el salón de actos. Abigail estaba en el escenario hablando con la directora del colegio. En las butacas estaban muchos alumnos, la mayoría miembros de la campaña ecológica, y algunos que se presentaban para presidentes.

-¡Guau! ¡Nunca vi el salón de actos tan ocupado!-exclamó Felicity.

-No sé si podremos coger sitio hacia delante, veo los palcos delanteros ocupados-dijo Ella.

Me fijé en un palco situado en la zona delantera. Estaba libre.

-Supongo que el palco que queda es para mí-dije-. Lo siento, chicas, vais a tener que buscar atrás. Los candidatos tienen que ocupar los palcos delanteros, se me había olvidado decíroslo.

-No importa, Shey, lo importante es que veamos tu cara bonita y que oigamos tus bonitas palabras-dijo la desenfadada Ella.

-Gracias, Ella-dije.

-¡Suerte!-me deseó Ciara.

-Gracias, Ciara-le dije.

-¡Muchísima suerte!-me deseó Melisa.

-Gracias, Mel-le dije.

-Lo harás bien-me dijo Felicity-. Confía en nosotras y en tus hermanos.

-Sí-dijo Alex.

-Gracias a todas, y confío-les dije, y fue ahí cuando nos separamos. Yo ocupé el palco restante de la zona delantera, entre Valerie y Dean. Valerie empezó a meterse conmigo:

-¿Preparada para perder, pringada?-me dijo Valerie.

-No estés tan segura-dije.

-Eso me habías dicho en el recreo-dijo Valerie-. Ya verás cuando convierta esta aburrida campaña en mi propio club de fans.

-Son mejores los videojuegos-dijo Dean-. ¿Quién iba a querer entrar en tu club de fans? ¡Ni aunque fueras Miss Universo!

-Mis fans, lógicamente-respondió Valerie.

-Ten en cuenta de que algún día acabarás perdiéndolos-dijo Dean-. Siempre estás fastidiando a los demás. Si pudiéramos grabar las cosas que haces a espaldas de los profesores y de tus queridos fans, estarías acabada.

-Pero de momento no lo estoy-dijo Valerie.

Dejaron de hablar porque la directora ordenó silencio. Los alumnos que hablaban por los codos se callaron, y la directora anunció su discurso de bienvenida:

-Os damos la bienvenida al recuento de votos de la campaña ecologista de Burton High. Es un honor teneros aquí presentes, sobre todo a la señorita Abigail Gilbert, que nos dedicará unas palabras de despedida.

Aplaudimos a Abigail, que empezó su discurso:

-Gracias-hizo una pausa y luego continuó-: Como ha dicho la señorita Rogers, es un honor teneros aquí presentes a todos. Me acuerdo cuando fundé la campaña, hace cuatro años. Fue el mejor año de mi vida. Mi mayor sueño siempre ha sido, es y siempre será, el ayudar a mejorar nuestro mundo, nuestra ecología y nuestra convivencia con la naturaleza. Os doy las gracias a todos los miembros por haberme hecho pasar los mejores años de mi vida en vuestra compañía. Va a ser una pena que, tras cuatro años, tenga que dejarlo, pero mi retirada es por motivos de estudio. Espero que lo comprendáis. Una vez más os doy las gracias a todos por haber aportado vuestro granito de arena y haber pensado en el mundo. Nunca os olvidaré. Pero que sepáis que una verdadera amistad jamás muere, no todo se ha acabado.

Abigail terminó su discurso, volvimos a aplaudirla. La directora volvió a hablar:

-Gracias, Abigail, por tus embellecedoras palabras.-Se dirigió al público y dijo-: Bien, ahora vamos a mencionar el nombre del candidato más votado para presidente. Abigail, el sobre, por favor-le dijo a Abigail.

Abigail entregó un sobre a la directora. Ésta lo abrió y anunció:

-Y el candidato más votado ha sido...

Mi corazón latía violentamente. ¿Quién sería?

-¡Sheila Lewis, de 3º de Secundaria!-anunció.

La mayoría de los alumnos, entre ellos mis amigas, se quedaron perplejos. Yo también me quedé estupefacta: ¿Yo? ¿En serio? ¿No se habrían equivocado de persona? ¿No habría otra Sheila Lewis de 3º de Secundaria?

-Sheila Lewis, preséntese en el escenario, por favor-me ordenó la directora.

Yo me presenté en el escenario. Abigail y yo nos dimos dos besos y me dijo:

-Felicidades, Sheila.

-Gracias, Abigail-dije.

-Enhorabuena, Sheila-me dijo la directora por el micrófono-. ¿Desearías compartir algunas palabras?

-Gracias, señorita Rogers, y sí, me gustaría compartir algunas palabras-respondí.

-Acércate al altar y cuéntanoslas-me pidió la directora.

La directora se apartó del altar donde estaba el micrófono y yo me subí a él, me tranquilicé y dije con tranquilidad:

-Muchas gracias a todos, la verdad es que no me esperaba nada, pero me alegra ser la nueva presidenta de la campaña ecologista del colegio. Para mí es un honor. Quisiera darles las gracias en especial a todas las personas que me dieron ánimos para lograr dar este "salto preparatorio" para alcanzar mi sueño como ecologista y defensora de la naturaleza. Para mí, convivir con los animales, el medioambiente y las plantas es como convivir con una gran familia. Por eso, yo creo que todos deberíamos aportar un granito de arena para que el mundo corra menos riesgos y ponernos un poco en el lugar de otras personas que sufren hoy en día, que están sufriendo ahora mismo, mientras nosotros tenemos el lujo de glorificarnos. Lamento mucho la retirada de Abigail, lo lamento, porque ella era una gran presidenta, pero a veces surgen cambios que no nos esperamos y tenemos que superarlos de alguna manera. Estoy segura de que, en el futuro, Abigail será una ecologista profesional y estaremos orgullosos de ella. ¡Mucha suerte, Abigail!

Me bajé del altar y ella volvió a subir:

-Gracias, Sheila, por este bello discurso, y gracias a todos por haber sido tan buenas personas y tan atentas. Espero que os llevéis bien con Sheila y que no haya ningún problema. Cualquier duda, cualquier cosa...recurrid a ella sin falta, por favor. Muchísimas gracias.

El discurso tuvo un final de lo más agradable, y no volví a molestarme por nada. Al final, resultaron mis amigas y mis hermanos quienes tenían razón.

Puede que Abigail lo hubiera tenido que dejar, pero eso no significa que haya que ponerse a llorar. Hay algunos cambios que pueden ser buenos para mejorar nuestras vidas. Y estoy segura de que el puesto me irá bien...






























































No hay comentarios:

Publicar un comentario