sábado, 19 de noviembre de 2011

Las Supernenas

Las Supernenas (en el idioma original, The Powerpuff Girls, Las chicas superpoderosas en Latinoamérica) es una serie de dibujos animados creada por Craig McCracken y estrenada el 18 de noviembre de 1998. Originalmente fue producida por Hanna-Barbera Inc., compañía adquirida posteriormente por Cartoon Network Studios, y, por lo tanto, propietaria actual de los derechos.

En la foto, de izquierda a derecha: Burbuja, Pétalo y Cactus
Todo empezó cuando el profesor Utonium estaba haciendo un experimento sobre cómo crear una niñita perfecta, ya que se sentía muy solo en su casa. Pero por un accidente causado por un mono normal llamado Mojo (más tarde enemigo de las Supernenas), se añadió otro más: La sustancia X. Y el resultado de esa mezcla fueron tres niñas, pero no tres niñas cualquieras: Pétalo, Burbuja y Cactus tienen superpoderes y están dispuestas a defender Townsville de los ataques de los malos.


PERSONAJES



-Pétalo (Blossom, en el idioma original, Bombón en Hispanoamérica): Es la líder de las Supernenas y la más inteligente (una alumna modelo según su profesora). A veces se pelea con Cactus, pero en el fondo se quieren. Le gusta leer libros y enciclopedias, el maquillaje y complementos, y los cómics americanos de héroes. Su poder especial es el aliento de hielo (es capaz de congelar a los enemigos con el hielo que sale de su boca), aunque posee algunos poderes más característicos de sus hermanas, como el grito supersónico (pero sin embargo, parece que tiene más agudizada la capacidad de oído supersónico, que le permite oír sonidos a distancia). Sabe hablar chino.


-Burbuja (Bubbles en el idioma original y en Hispanoamérica): Es la más inocente, dulce y sensible de las tres. Tiene muchos peluches, pero su favorito es un pulpo de peluche llamado Octi (Pulpi en Hispanoamérica), con el que suele dormir. Le gusta pintar, colorear, practicar idiomas y leer mangas japoneses de corte infantil. Tiene el poder especial de comunicarse, entender el lenguaje de los animales y emitir gritos y ondas supersónicos.






-Cactus (Buttercup en el idioma original y Bellota en Hispanoamérica): Es la más ruda, valiente y fuerte de las tres. Es la única capaz de crear fuego láser al frotar sus manos y parece tener más dominio en usar la visión de rayos que hace levitar objetos y en crear tornados que pueden absorber cosas. Su poder especial, en un principio ninguno, es el de doblar la lengua. En su tiempo libre le gusta jugar a videojuegos, practicar boxeo y leer cómics oscuros. Le encanta el dinero, la noche y su manta favorita, sin la cual no puede reunir la confianza suficiente en combate. Aunque es muy ruda, es la que demuestra enamorarse más fácilmente. Odia que se burlen de ella y que la consideren cursi o refinada. Discute mucho con sus hermanas, pero siempre hace las paces, aunque le cueste.


-El profesor Utonium (Profesor Utonio en Hispanoamérica): Es el padre de las chicas, aunque las chicas lo llaman "Profesor". Es muy sobreprotector con ellas. Le encanta pasar el tiempo en su laboratorio creando la más variada gama de inventos, muchos de los cuales son empleados por Las Supernenas. A veces suele llevar una pipa en la boca.














-El Alcalde: Es el alcalde Townsville. Es un señor mayor bajito, con un bigote blanco. Lleva monóculo y un sombrero negro. Siempre se encarga de avisar a las chicas por el Teléfono Rojo para cualquier cosa (algunas veces las avisa para que le abran el bote de pepinillos, pero otras veces las avisa para cosas mucho más urgentes). Le encantan los pepinillos y las pipas. Sueña con ser un gran héroe protector de su ciudad. Ha hecho de canguro de las chicas varias veces. Se desconoce su nombre.




-Sara Bellum (Sara Bello en Hispanoamérica): Más conocida como "Srta. Bellum", es la asistente del alcalde. Solo se ha msotrado su rostro en un capítulo por un lapso de tiempo mínimo, pero a lo largo de la serie sólo se le ve su cuello y su cuerpo. Ella siempre dice al alcalde qué debe hacer o cómo debe actuar en sus funciones. Nunca se separa del alcalde debido a la incompetencia que éste tiene al frente del Ayuntamiento de Townsville.

-Bunny (Bella en Hispanoamérica): Es la cuarta integrante del grupo, fue creada por las chicas para ser hermana de ellas. Es la más poderosa de las cuatro, pero también la menos brillante, aunque muy buena persona. Sólo apareció en un episodio, pero finalmente explotó en el mismo episodio porque era inestable y por salvar la vida de las chicas en un ataque.







-Srta. Keane: Es la profesora de Pétalo, Burbuja y Cactus. En un episodio salió con el Profesor Utonium.











VILLANOS


-Mojo Jojo: El enemigo principal de las chicas. Antes era la mascota y asistente del profesor Utonium. Él fue el que derramó accidentalmente la sustancia X a la hora de que Utonium creara a Las Supernenas. Debido a esto él se tortura a sí mismo recordando que fue el responsable del nacimiento de las chicas. Durante la explosión que las creó, un poco de la radiación lo alcanzó y lo convirtió en una mutación súper-inteligente del mono común que antes era. Su guarida es el Volcán-Observatorio de la ciudad, situada en el centro de la misma, donde posee un laboratorio con sus más siniestros y mortíferos experimentos, armas, robots y máquinas.

En la foto, de izquierda a derecha: Serpiente, Liquen, Arturito,
 Grandullón y Tragón
-Los Mohosos (The Grangrene Gang en el idioma original, La Banda Gangrena en Hispanoamérica): Son un grupo de jóvenes pandilleros sin superpoderes (aunque en un episodio los adquieren accidentalmente mientras Las Supernenas los derrotaban, pero luego vuelven a la normalidad) con pinta de rebeldes. Se dedican a gastar bromas y crueldades por la ciudad. Los componentes son Liquen (Ace en el idioma original), el líder; Serpiente, ya que su lengua y habla se asemeja a una serpiente; Arturo, pero le llaman "Arturito" porque es el más pequeño y bajito; Tragón (Grubber en el idioma original, Genio en Hispanoamérica), el más desfavorecido, chepo y aberrante, no habla, sino que se comunica mediante pedorretas y sonidos con la lengua; y Grandullón (Big Billy en el idioma original, Gran Billy en Hispanoamérica), que, como su nombre indica, es el más grande, un cíclope, y, aunque un poco ingenuo, en realidad tiene buen corazón.

-Princesa Más-Billetes: En un episodio fue nueva en el colegio de Las Supernenas, cuando las vio usar sus poderes sintió una gran admiración por ellas y quería ser miembro, pero estas la rechazaron. Desde entonces, se convirtió en su enemiga. Es una niña caprichosa y mimada por su padre, que le da todo el dinero que quiere y le compra todo lo que quiere.








-Fozzy Chinchón (Fuzzy Lumpkins en el idioma original, Peludito en Hispanoamérica): Es un monstruo de pelo rosado. Odia que le toquen todo lo que sea de su propiedad. Está enamorado de su banjo, el cual toca cada vez que se le da la ocasión. Siempre lleva una escopeta, la cual no duda en disparar cuando quiere cometer un delito o expulsar a alguien de su propiedad.






-"Ese" ("Him" en el idioma original, "Él" en Hispanoamérica): Es una entidad maligna sobrenatural. Su piel es de color rojo, con grandes pinzas similares a las de un cangrejo en lugar de manos, una larga nariz y una larga perilla. Cada vez que aparece, el entorno cambia siempre hacia un color rojo. Se le considera el enemigo más peligroso de la ciudad.








-Sedusa: Es una mujer mutante capaz de controlar su pelo a voluntad para atacar a las personas o agarre objetos con él. En un episodio secuestró a la Srta. Bellum, pero Las Supernenas la salvan. Tiene gran habilidad para seducir hombres.

















En la foto, de izquierda a derecha: Boomer, Brick y Butch
-Los Supernenes (The Rowdyruff Boys en el idioma original): Son la contraparte masculina de Las Supernenas. Fueron creados por Mojo Jojo. Los miembros son:

-Brick: Es la contraparte masculina de Pétalo, y el líder de su grupo. Lleva una gorra roja, que emplea en ocasiones como boomerang. Al igual que Pétalo, tiene el pelo largo. En un episodio, cuando las chicas viajan al futuro, Pétalo se enamora de él. En ese episodio tiene el pelo recogido en una pequeña coleta.

-Boomer: Es la contraparte masculina de Burbuja. Es el más ingenuo del grupo.  En el episodio en que las chicas viajan en el tiempo, no tiene el pelo peinado como cuando era niño y es el único de los tres Supernenes que tiene barba.

-Butch: Es el más agresivo del grupo. Es la contraparte de Cactus. Suele emocionarse con la pelea y siempre está hablando de lo masculino que es. En el episodio de los recuerdos él lleva un peinado similar al que llevaba cuando era niño.


VÍDEOS DE "LAS SUPERNENAS"


Aquí os dejo algunos para que los disfrutéis:

















PELÍCULA DE "LAS SUPERNENAS"


En 2001 salió a la luz la película de Las Supernenas, de dibujos animados. La película cuenta la creación de Las Supernenas y el principio de cómo éstas salvaron el mundo por primera vez. Os la recomiendo porque está muy bien.













LAS SUPERNENAS Z


En enero de 2011 se emitió en Cartoon Network una serie manga de Las Supernenas basada en la serie: Las Supernenas Z. Por si queréis saber más, aquí os dejo su página web:

http://www.lassupernenasz.es/





PÁGINA WEB EN CARTOON NETWORK


http://www.cartoonnetwork.es/show/las-supernenas

viernes, 18 de noviembre de 2011

La hora de José Mota

La hora de José Mota es una comedia española, emitida desde 2009 en TVE (Televisión Española). El programa está formado por los humorísticos skechtes realizados por el presentador y sus colaboradores, en el que parodian noticias ocurridas recientemente y aparecidas en la prensa española, así como hechos de la vida cotidiana. Dos de los personajes ya han dado apariciones en la serie que José Mota protagonizó con Juan Antonio Muñoz durante 20 años, Cruz y Raya. Esos dos personajes son Blasa Jiménez (José Mota) y Tomás Rabero (José Mota). Aquí os doy una breve descripción de los personajes que más aparecen en pantalla:

-Blasa Jiménez: Es una anciana de personalidad extrovertida, excéntrica y marchosa, le gusta mucho bailar. La mayoría de las veces se la ve bailando o cantando.









Vídeos de Blasa


Aquí os dejo estos dos vídeos:








-Eladio Guardiola "El tío la vara": Eladio Guardiola, mejor conocido como "El tío la vara" es un héroe para el pueblo de Alcafrán: "El tío la vara" se encarga de luchar contra la tontería a través de una vara. Todo aquel que sea injusto recibe un varazo suyo. Además de ser un gran héroe, es labrador. En la batalla final muere luchando contra el Capitán Fanegas, su archienemigo.






Vídeos de "El tío la vara"


Aquí os dejo estos vídeos:













-Tomás Rabero: Es un anciano muy tacaño que siempre busca la oportunidad para beneficiarse y conseguir cualquier cosa sin gastar dinero.





Vídeos de Tomás


He aquí este:








-La vieja'l visillo: Es también una anciana de personalidad extrovertida, sólo que muy cotilla. Es conocida por ser la más cotilla del pueblo de Alcafrán. No hay ningún rumor que se le resista (incluso inventa algo cuando lo difunde), y no puede vivir sin contarlo por el pueblo. Siempre se queda pegada detrás de la ventana de su casa para escuchar los cotilleos de las personas que pasan por delante de su casa.



Vídeos de "La vieja'l visillo"


He aquí estos:









-El cansino histórico: Es un campesino que, al cruzarse con un personaje histórico, demuestra su admiración por él, hasta que, al rechazarle su invitación de tomar "unas gordas en el bar de su cuñao" empieza a insultarle con expresiones, tales como "mugroso", "cierrabares" o "zamarro", ridiculizando las mismas cualidades que antes elogiaba él.











Vídeos de "El cansino histórico"


He aquí estos:











-La Patrulla de Alcafrán: Desde la muerte de "El tío la vara", el espíritu de este personaje está más vivo que nunca. La patrulla de Alcafrán es un escuadrón de habitantes de ese mismo pueblo que combate la tontería en el mundo. Los miembros son:

-El Padre Tornices (José Mota): Es el nuevo "Tío la vara", ocupará su puesto, de momento, a escondidas del resto de los miembros. Es un personaje hábil y sabio que nunca se despoja de su gorra.

-La Tía Catenaria: Una taciturna anciana de pueblo que usa una alpargata para azotar a sus enemigos.

-Los hermanos Correa: Un dúo de gemelos armados de cinturones de cuero para atacar a los tontacos del mundo aprovechándose de la superioridad numérica. Sus nombres son Tanino y Carestias.

-Canuto/La Argamasa (José Carabias): Es el tractorista del pueblo, rústico y con una voz similar a la que produce el helio, que al indignarse se convierte en "La Argamasa", una parodia de "La Masa" (nombre español de Hulk). En esta forma, Canuto se vuelve verde y decrece en estatura, ganando los poderes de "infrafuerza" y "retrovelocidad" para atacar a sus enemigos con un enorme mazo.

-El Capitán Alcafrán: Un hombre dotado del poder de la inmortalidad. Es el capitán de la patrulla y discípulo de Tornices.

-El Coadjutor (Marcos Ortiz): El sacristán de la iglesia de Alcafrán, así como coadjutor del Padre Tornices. Aparece brevemente como uno de los personajes de la patrulla.

-El Tendero (Santiago Urrialde): El nuevo enemigo de la nueva patrulla, un misterioso tendero recientemente establecido en Alcafrán cuyos intereses son vender objetos de valor al pueblo a cambio de información sobre la vara.

Vídeos de "La patrulla de Alcafrán"


Aquí os dejo estos:









SITIO WEB OFICIAL


Si os interesa la serie, aquí os dejo su sitio web oficial:

http://www.rtve.es/lahoradejosemota

jueves, 17 de noviembre de 2011

Historia de una adolescente: Capítulo 8-Cambios y complejos

CAPÍTULO CONTADO POR CIARA

Cada persona es como es, cada uno tenemos una identidad distinta: Todos tenemos nuestras diferencias. Si todas las personas fuésemos iguales, con los mismos gustos, mismos modos de vestir, etc, ¿sería todo divertido? Yo puedo responderos fácilmente a esto: No, por supuesto, y lógicamente, el mundo sería más que aburrido, más que un chiste sin gracia, más que una competición en la que no tienes un solo rival al que ganar.

Mi historia comenzó el viernes pasado, durante el desayuno. George y yo estábamos tirando de la caja de cereales para ver quién era el primero que podía echarlos en el cuenco:

-Aparta, deja a Hércules-dijo.

-No me rendiré tan fácilmente-dije-. Conseguiré la caja cueste lo que me cueste.

-¿Sabías que el uniforme de las chicas no va contigo? Yo que tú compraría uno de tío-dijo George-. Te veo ridícula con ese.

Ahí fue cuando me bloqueé y mi mente se quedó en blanco. George me arrebató la caja de cereales de las manos y los echó en el cuenco. Después colocó la caja sobre la mesa.

-¿Qué pasa, Robin Hood? Ahora ya no puedes robar a los chicos y dar a los pobres, ¿eh?-me dijo George.

No respondí. Me quedé más que bloqueada: Confusa. A decir verdad, nunca me había achantado ante ningún comentario fuera de contexto de mi hermanastro. Pero esta vez sí.

Mi madre entró alegremente a la cocina y preguntó, borrando su sonrisa de la cara al verme tan seria:

-¿Qué le pasa a Ciara?

-Creo que se ha olvidado de algo, Jane-le dijo a mi madre-. Ya sabes cómo se pone Ciara cuando se olvida de hacer algo tan importante para ella. Mejor dicho, cuando se olvida de hacer algo, porque para ella todo es importante, hasta la cosa más insignificante del planeta.

-George, no consiento para nada que te metas con Ciara-dijo mi madre-. Y no lo digo porque sea mi hija, no me interpretes mal, hay que defender a la persona que tiene razón, que en este caso es Ciara: Tu padre y yo ya sabemos de sobra que no os lleváis bien, pero por favor, no nos asustéis.

<<De tal palo, tal astilla>>, pensó George en aquel instante. Sabía que cuando ponía cara de ignorante era cuando pensaba eso. Del poco tiempo que lo conozco, me sé todas sus caras de memoria.

Recuperé el habla justo después de que le leyera el pensamiento:

-Eres un estúpido, ¿sabes?

-Me lo dices siempre que cumplo con mi deber, el chafaros la diversión-respondió George con arrogancia.

-Y un arrogante-añadí.

-Y tú una mandona, una listilla...Siempre le dices a la gente lo que tiene que hacer. No me extraña que tus amigas no te aguanten-dijo George.

Tocada y hundida ante otro comentario feo de George.

-Me voy al cuarto de baño-concluí la conversación.

Mi hermanastro sonrió socarronamente, de oreja a oreja.Yo lo fulminé con la mirada y subí al cuarto de baño a lavarme los dientes. Mientras me lavaba los dientes pensaba en mi hermana mayor, Cynthia: Este año terminaba la facultad de Medicina en Vancouver, era su último año allí. Al siguiente, tal y como nos contó en una de sus cartas, empezaría a trabajar en la zona de Glasgow para así estar un poco más cerca de nosotros. Cada día añoro los buenos momentos que pasábamos cuando mi padre y mi madre vivían unidos, mucho antes de que el destino los separara con los papeles del divorcio y mi madre replanteara la vida con otro hombre, mi padrastro Devon.

No esperé a George cuando bajé del cuarto de baño, cosa que le extrañó:

-¡Eh! ¿No me esperas?

-Hoy no, ya estoy cansada de ir contigo de camino a clase-respondí-. Además, tengo que hacer una cosa-dije, mientras le enseñaba la cartera.

-¿Qué cosa?-quiso saber George.

-Le debo dinero a Sheila-mentí-. El otro día le pedí prestados cincuenta céntimos para sacar de la maquinilla un chocolate caliente, y se lo voy a devolver.

Realmente, iba a ir a la peluquería a cambiarme el corte de pelo, pero George no debía saberlo.

En el instituto, las otras me esperaban impacientemente:

-¿Dónde se habrá metido Ciara?

-Igual George la ha adelantado por otro camino, aunque ella suele ser más puntual que él-respondió Alex.

-A lo mejor está enferma-dijo Sheila.

-Preguntémosle a George, sabrá algo-sugirió Felicity.

-Buena idea-comentó Ella.

Alex se acercó a George y le preguntó:

-¿Has visto a Ciara?

-¡Qué raro!-exclamó George-. ¡Creí que iba para clase por el otro camino! Hoy no fuimos por el mismo. Además, me ha dicho que le debía dinero a Sheila por un chocolate caliente.

-Ciara no me debe dinero-dijo Sheila-. Y... ¿de qué chocolate caliente nos hablas?

-Eso me dijo ella, a mí no me lo eches en cara-dijo George.

-Si no está aquí, ¿dónde puede estar?-preguntó Ella.

-Existen unos inventos muy útiles llamados teléfonos que sirven para averiguar dónde está esa persona-respondió George.

-Tranquilo, no te pases-lo calmó Melisa-. Nosotras no te hemos faltado ningún respeto.

George las ignoró y marchó. Melisa lo detuvo tirándolo de la camiseta.

-De ahí no te vas-le dijo Melisa-. No hasta que no nos pidas perdón.

-¿Estás de broma? ¡Ni muerto!-respondió George de mala manera.

-Déjalo, Melisa-le aconsejó Sheila, que detestaba profundamente las peleas-. Deja que reflexione.

Melisa decidió soltar a George. Éste se reunió con sus amigos y desapareció de nuestra vista.

Las chicas seguían preguntándose por qué no había venido, hasta que aparecí en la mitad del primer recreo con un nuevo corte de pelo (similar al de un chico) y el uniforme masculino del colegio, que se lo había cogido "prestado" a mi hermanastro.

-¿Quién es ese?-preguntó Ella.

-Parece más bien una chica, yo diría que a...-respondió Felicity, pero Melisa la interrumpió bruscamente:

-¡Es Ciara!

-¿Ciara? ¡Está irreconocible con ese estilo!-comentó Alex.

-¿Y ese no es el uniforme masculino?-preguntó Sheila.

-Se lo habrá cogido "prestado" de George, es su hermanastro-respondió Felicity.

Melisa se acercó a la nueva yo:

-¡Ciara! ¡Madre mía, ¿qué te has hecho?!-exclamó.

-Es muy fácil: Cambiar de look-respondí-. Y me siento satisfecha.

Realmente no me lo sentía, en aquel caso el remedio era peor que la propia enfermedad. Alex interrumpió mis pensamientos con:

-Ese cambio de look yo diría que es demasiado...¿masculino?

-Es que es así como soy-respondí-. Chica, pero con personalidad masculina.

-¿Personalidad masculina? Eres una chica fuerte y ágil física y mentalmente, Ciara, y eres muy femenina-dijo Felicity, que intentaba hacerme entrar en razón-. Pero ahora estás siendo una chica débil física y mentalmente.

-Esta personalidad me hace más fuerte de lo que piensas, mucho más-dije-. Más "fuerte y ágil físicamente", mucho más. Más que vuestras personalidades juntas.

De acuerdo, en ese momento no sabía de lo que estaba hablando. Me alejé con furia lejos de ellas. Sentí una rabia e histeria propia de mí, pero no un comportamiento propio de mí: Sentía que me dejaba dominar por el lado oscuro de mi personalidad, y sólo de pensarlo me agobiaba mucho más todavía. Entré en el baño de las chicas para desahogarme, pero fui descubierta por Valerie y Jessica:

-¡Mira qué corte de pelo! ¿Y eso no es el uniforme masculino?-le dijo Valerie a Jessica.

-Sí, es el uniforme masculino-respondió Jessica.

-Ahora que lo pienso, Valaria la malaria-le dije a Valerie-, ¿qué haces tú en el baño? Siempre andas vagabundeando todos los días por ahí. Da la sensación de que parece tu habitación.

-Ciara, las actrices tienen un camerino propio con su asesora de maquillaje y sus cosas para salir a lucirse-dijo Valerie-. Y en este caso, mi asesora es Jess. ¿O es que no lo has visto en el reality show "Actrices Felices"? Las actrices más famosas lo tienen en ese reality, y en el camerino confiesan los secretos para lucir ante las cámaras y los escenarios. Yo tengo que prepararme bien si en junio quiero irme a Estados Unidos a rodar mi serie. Y esto digamos que se trata de un ensayo.

-Ves demasiada ficción, Valerie-dije-. No me extraña que estés tan loca.

-Y creo que tú también estás volviéndote loca-comentó Valerie para contraatacar-. ¿A qué chica se le ocurre vestir de chico como cambio de look?

-Yo creo que a nadie-la apoyó Jessica-. Nunca en mi vida he conocido a nadie que haya querido vestir de chico como nuevo estilo. Pero ahí cada uno, como uno elija.

Tengo que admitir, aunque odie admitirlo, que Valerie y Jessica fueron listas en aquel sentido.

-Vale, gracias por vuestra opinión-dije, de mala gana, y me cerré en el baño.


Los chicos habían espiado la escena, cosa que ninguna de nosotras habíamos esperado. Dean le preguntó a George:

-Colega, ¿qué has hecho para que Ciara se ponga tan... melancólica?

-Simplemente, mentiras-respondió mi hermanastro. Siempre tan cretino, siempre quiere quedar bien de forma sucia y rastrera, algo que no me gusta en absoluto.

-¿Mentiras? ¿Qué clase de mentiras?-preguntó Vince.

-Suele comportarse igual que un chico, pero ahora está comportándose como una niñita-respondió George, a la vez que se reía.

-¡Cómo me río!-se rió Will-. ¡La verdad es que tu hermanastra se comporta igual que un chico!

-¡Je, je, je!-se rieron André y Joe.

-Pero ahora es Caperucita asustada por el lobo-dijo George-. En eso no cabe duda.

-¡Dulce y gran venganza para The Secret Door! Te felicito, George-lo felicitó Dean, dándole unas palmaditas en la espalda a George.

-Gracias, muchas gracias-dijo George-. No ha sido para tanto.

-Esta tarde lo celebraremos en mi casa-propuso Dean-. Te nombro "co-compinche" predilecto.

Alex, que en aquel momento le habían pedido hacer un recado en aquel momento, se enteró de la situación e informó a las otras cuando terminó el recreo:

-Ya sé por qué Ciara está tan rara-dijo.

-¿Has supuesto el por qué o has investigado?-preguntó Melisa.

-He investigado por casualidad-le explicó Alex-: Ciara está así porque George debió decirle alguna tontería que la afectó.

-Propio de George ser tan estúpido, pero impropio de Ciara tragarse esas cosas-dijo Ella.

-Sí, muy impropio-dijo Sheila.

-Iremos a hablar con Ciara, no queremos que, por culpa de una tontería de un cretino como George, quede...así-dijo Melisa, con cara de asco-. Me gusta más Ciara por cómo es ella: Desenvuelta, resuelta, madura, inteligente, ágil para las mates aunque no le gusten demasiado...nos conocimos en Primaria y he aprendido mucho de ella. Puede que sea mandona, vale, y le cueste reconocer sus errores, pero todos tenemos defectos aquí: Nadie es perfecto.

-¡Así se habla!-le dijo Felicity.

-Gracias, rolli-dijo Melisa. Así es como se llaman cariñosamente.

-Ahora vamos a ir a buscarla para hablar con ella y hacerla entrar en razón-dijo Melisa, con tono de sargento.

-¡A sus órdenes!-dijeron Felicity, Ella, Sheila y Alex animadamente y al unísono.

Yo ya había salido del baño. Me encontré con la señorita Bennett cuando salí al fresco para dar tumbos:

-¿Ciara?-trató de adivinar.

-Sí, señorita Bennett-respondí.

-¿Qué pasa, estás enfadada con tus amigas? Normalmente sueles andar con ellas-me preguntó-. ¿Y por qué te has ausentado a clase las dos primeras horas?

-No estoy enfadada con ellas. Y es complicado para explicar-respondí.

-No se tratará de cambiar de aspecto, ¿verdad?-intentó adivinar la señorita Bennett.

-¡No, por supuesto que no! ¡He cambiado de aspecto por gusto! ¡Mira qué bien me siento!-dije, fingiendo sorpresa, pero la señorita Bennett, como era de esperar, no picó en el anzuelo:

-Ciara, en primer lugar eso que llevas puesto es el uniforme masculino. ¿Qué te has hecho a ti misma? Puedes contármelo.

-Vale-confesé-. Como sabe, George es mi hermanastro desde hace poco, y no es que nos llevemos precisamente bien. Más bien al contrario. Bueno, pues esta mañana nos estuvimos peleando durante el desayuno, como todas las mañanas. Y George fue a soltarme comentarios feos: "Te sentaría bien el uniforme masculino", "el corte de pelo te sienta fatal", "eres masculina"...cosas así similares a estas que acabo de mencionar. Entonces fui a la peluquería para cambiarme el corte y después fui hasta casa a cambiarme de uniforme, y usé este. Finalmente, fui al colegio y ahora me siento peor que cuando George me insultó. ¡Por favor, no me delate! Estoy pasando por un mal momento.

-Tranquila, no te delataré. Y comprendo tu mal momento: Esta es una edad de creerse lo que la gente dice, de hacer lo que dicen los demás. Pero tú tienes que ser tú misma, no tienes que dejarte caer por los consejos bobos de tu hermanastro. ¡Que se mire él al espejo! Tú eres una chica muy guapa, te sienta bien toda la ropa que llevas: En cuanto a personalidad, eres inteligente, con capacidad de liderazgo, sensible, comprensiva, madura, trabajadora, simpática... George también es inteligente, pero sin embargo no es tan trabajador como tú. Creo que podría dar más de sí y aprender de ti. No te avergüences de ti misma tanto externa como mentalmente. Tienes unas virtudes y unos defectos, al igual que el resto: Nadie es perfecto. Imagínate si todas las personas del mundo fuesen iguales. ¿Tendría el mundo un sentido divertido? ¡Por supuesto que no!

Sonreí. Aquella vez pensé que era la primera vez que la señorita Bennett me tuteaba, pero no me importó. Entonces fue cuando entré en razón, volví a ser yo misma y daba por hecho de que me había curado de aquella horrible "enfermedad".

-Gracias, señorita Bennett-dije-. Se lo agradezco.

-De nada, para eso estamos los profesores-me dijo la señorita Bennett-. Pero a la próxima vez haga el favor de no faltar a clase, ¿vale, Ciara?

-Prometido-le juré.

Llegaron Felicity, Melisa, Sheila, Ella y Alex.

-¡Madre mía!-exclamó Ella a voz de grito, sin darse cuenta de la presencia de la señorita Bennett, que odiaba profundamente los gritos. Cuando vio a la señorita Bennett, se calló de golpe. Melisa, Sheila y Alex se rieron.

Felicity se acercó a mí con una sonrisa.

-¿Has vuelto en ti?-me preguntó.

-Sí, he vuelto en mí, sólo he de cambiarme el corte de pelo otra vez y quitarme esta ropa-respondí-. Entonces vuelvo oficialmente a ser yo misma.

-¡Creía que no ibas a volver, nos habías decepcionado!-dijo Felicity, y nos abrazamos.

Las otras se reunieron y nos dimos un abrazo de grupo. La señorita Bennett contempló la escena, pero a ninguna nos dio importancia.

-Hay que pensar una venganza para los chicos-dijo Alex-. Pero... ¿cuál?

-Enfrentarse cara a cara con ellos es dar la cara por ti mismo-respondí con ánimo-. ¡Al ataque!

Parecíamos niñas pequeñas jugando a batallitas, parecía entonces que nuestro espíritu infantil revivía y se reencarnaba en nuestros cuerpos. Era una sensación inolvidable, llena de recuerdos y emotiva, aunque también vital.

Los chicos estaban hablando de videojuegos, cuando yo intervine:

-¿Perdonad? ¿Interrumpimos algo?

-Nuestra conversación de videojuegos, lógicamente-respondió Vince.

-Justo lo que pretendíamos-dijo Felicity.

-¿A qué os referís?-quiso saber Dean, que comenzaba a inquietarse. Quien ríe el último, ríe el mejor.

-Yo no soy una chica masculina-me defendí-. Yo soy yo, una única identidad: Ciara Anderson, de tercero de Secundaria, estudiante en el Burton High de Manchester. Soy una persona, al igual que el resto, con sus virtudes y defectos, y nada ni nadie va a permitir cambiarme a mí como persona que soy. Ni a mí, ni a mis amigas, ni a ningún ser querido para mí. ¿Queda claro?-añadí-. Pues si no queréis sufrir vosotros, no hagáis sufrir a los demás con lo que no os gustaría sufrir.

-¡Guau!-exclamaron Felicity y Ella al unísono.

-Esto es un timo, no pensé que pudiera volver a recuperarse, y para colmo, horas antes de lo que se suponía que iba a suceder: Celebrar nuestra venganza y tu hazaña-le dijo Dean a George-. Las chicas nos han vuelto a ganar otra vez. Marchémonos. Por cierto, ya no eres mi "co-compinche" predilecto-le dijo a George.

Les abrimos paso a los chicos que, derrotados, se fueron angustiados. Nosotras hicimos un choque de cinco. ¡Victoria para nosotras otra vez!

Así fue cómo aprendí a no dejarme caer por los consejos tontos de mi hermanastro, ni de ninguna otra persona. Si alguien intenta haceros lo que George me hizo a mí, lo mejor es que paséis de ello y que os sintáis a gusto con vosotros mismos, no hagáis como yo hice. Una norma fundamental para tener la moral alta es estar contento y sentirse a gusto con uno mismo.

sábado, 12 de noviembre de 2011

Canciones para Paula

Canciones para Paula es un libro escrito por el escritor Blue Jeans: Cuenta la historia de amor entre Paula, una chica de 16 años a punto de cumplir 17, y Ángel, un periodista de 22 años. Ambos se conocen en un foro de música en Internet, y después se conocen mejor por Messenger. Ese mismo día de marzo, el día en el que Ángel y Paula habían quedado para verse por primera vez tras unos meses chateando, sin conocerse ni mandarse ni una sola foto, Paula también conoce a Álex, un escritor, también de 22 años (que casualmente está leyendo el mismo libro que ella, Perdona si te llamo amor), en el Starbucks. De camino a la salida, Paula tropieza con Ángel. Éste pide disculpas por haberse retrasado, ya que tenía una entrevista que hacerle a Katia, una famosa cantante...

Os recomiendo este libro porque está muy bien. Lo estoy leyendo y a mí me está gustando mucho. ¡No os lo perdáis!


SITIO WEB OFICIAL

Historia de una adolescente: Capítulo 7-Primera aventura de "Smiling Friends"

¡Hola a todos! Me llamo Ella Evans, soy amiga de Ciara, Felicity, Melisa, Sheila y Alex. Pasamos muy buenos ratos juntas, aunque a veces haya alguna que otra pequeña pelea. Pero eso sucede en todas las amistades, hasta en las más antiguas y valiosas, aunque no os preocupéis, siempre terminamos reconciliándonos, y en ese momento volvemos a empezar de una manera más fuerte. Es como cuando un niño comienza a andar: Da el primer paso, da el segundo paso y cae, pero luego vuelve a levantarse y sigue intentándolo hasta conseguirlo.

Hace poco que conseguimos un nombre para nuestro inseparable grupo, Smiling Friends, y todo gracias a Annabella, nuestra nueva buena amiga, y a Melisa, por habérsele ocurrido tan buena idea. Creo que sin ellas no se nos hubiera ocurrido ningún nombre mejor.

Os voy a contar nuestra "primera aventura" bajo el nombre de Smiling Friends:

Nuestra primera aventura surgió hace dos días: Como siempre, Valerie volvía a meter cizaña sobre nosotras. 

Valerie es nuestra repugnante enemiga, popular, engreída y muy presumida, además de cizañera: Desde que Annabella se quejó de su comportamiento, Valerie estuvo vigilada durante dos semanas por los profesores, vigilaban todas sus acciones. Pero sólo temporalmente, porque ésta logró engañarlos fingiendo que no volvería a repetir de nuevo semejante estupidez. Hace dos días, cuando se libró de la vigilancia, volvió a atacarnos:

-¿Qué pasa, pringadas?-nos saludó.

-Creíamos que los profesores habían perdido total confianza en ti, Valerie-respondió Melisa con sequedad.

-Volvieron a recuperarla cuando prometí falsamente que no volvería a repetir semejante "estupidez"-le explicó Valerie-. ¡Es tan sencillo engañar...! ¿Verdad, Jess?-le preguntó a su amiga lacayo.

Jessica era la única amiga de Valerie, ésta la controlaba como una marioneta. 

-Sí, pues claro-respondió Jessica.

-¿Lo veis?-nos dijo Valerie-. ¡Alguien siempre a mi favor! Tener amigas está bien. Ellas siempre te apoyan y no están a favor de tus enemigas. 

-Pero no se controlan como marionetas, cada una tiene su propia vida-dijo Ciara-. La vida de los demás no se puede manejar, Valerie. Eso sería manipulación. Y sería más grave si prohíbes su libertad, es decir, si la conviertes en tu esclava a todas horas. Cada uno se merece libertad. Este mundo tiene unos derechos y unos deberes. Y uno de los derechos es la libertad, el NO a la esclavitud.

-Exacto-puntualizó Alex.

-Mirad, niñas, si queréis debatir el tema, meteos en política-dijo Valerie, y se abrió paso bruscamente entre nosotras. Jessica la siguió y las perdimos de vista.

-No soporto la gente ignorante, de verdad-comentó Ciara, refiriéndose a Valerie-. No lo soporto.

-La vaca que ríe se ríe de los demás-dijo Alex. Así llamábamos chistosamente a Valerie, porque su nombre terminaba en rie.

-Ya sé por qué también la llamamos La vaca que ríe-dijo Melisa-. La llamamos así porque se ríe de todo el mundo.

Puede que Melisa sea la menos habladora del grupo, pero tenía unas ideas y observaciones de científica. 

-Muy buena observación-dijo Sheila, riendo-. Es verdad: Valerie se ríe de todo el mundo.

-Menos de ella misma, cree que es de locos-dijo Felicity.

-Pues debería reírse de ella misma alguna vez-dijo Ciara-. Reírse de uno mismo es bueno de vez en cuando: Yo me río de mí misma cuando me trabo al leer una palabra complicada. Pero no siempre-añadió.

-¡Je, je, je!-se rió Alex.

-¡Ahora no me he trabado, oye!-exclamó Ciara, entre severa y divertida, mientras le daba un codazo cariñoso a Alex.

-Ya lo sé-dijo Alex, con una sonrisa pícara.

Salimos al patio. Ahí atravesamos otro bache, el de los chicos, The Secret Door.

-¡Pringadillas! ¿Cómo os va la vida? ¿Os estáis pringando con aceite?-nos preguntó Dean en tono burlón.

-Seguro que son tan tontas que son capaces de pasarse por la sartén hasta tostarse-dijo Vince.

-¡Mirad quiénes hablan! ¡Los que el otro día dijeron que 2 por 6 eran 8!-dijo Ciara.

Dejamos a los chicos perplejos mientras nos reíamos por lo bajo. Entonces saltó George para defender a su grupo:

-¡Nos confundimos con 2 + 6! Hay tanto alboroto matemático...

-Eso es verdad, francamente-dijo Joe-. Hay un refrán que dice: "El que tiene boca se equivoca, y el que no, se calla la boca". Además, está científicamente demostrado que...

-Tus teorías para luego-lo interrumpió Will. Joe era capaz de aburrir a la gente soltando sus teorías de Pitágoras. Tenía un mote por el que era muy conocido: "Joe el Pitagorín".

-Lo siento-se disculpó él, y volvió a callarse.

Aprovechamos nuestro momento para irnos cuando Vince preguntó:

-¿A dónde han ido las chicas?

-Nos las van a pagar por haberse ido así como así y por habernos dejado en ridículo-dijo Dean-. Hay que maquinar algo.

-Ciara y sus amigas tienen un diario grupal-sugirió George-. Si queréis, yo se lo robo y luego leemos sus peores equivocaciones, si es que están escritas.

-¡Buena idea, George!-exclamó Dean-. ¡Y por supuesto que quiero que se lo robes!

-Ciara y sus amiguitas no han hecho más que empezar a sembrar una nueva batalla-dijo Will.

-¡Esa frase sólo la puedo decir yo, Will, ¿queda claro?!-lo riñó Dean.

Mientras los chicos empezaban a maquinar su diabólico plan, nosotras almorzábamos tranquilamente hasta que nos fijamos en un pacífico niño y en unos matones. Entonces nos dimos cuenta de que éste estaba siendo acosado por los matones.

-¡Es horrible! ¡Hay que detenerlo ya!-exclamó Ciara-. ¡Eso es acoso escolar! ¡No se puede permitir! ¡Hay que frenarlo cuanto antes!

-Ciara, no lo hagas, igual ellos te meten en problemas a ti también-le advirtió Alex.

-Pero es una situación grave, Alex, hay que frenarla-dijo Sheila, que estaba de parte de Ciara.

Ciara se dirigió hacia donde estaban el niño y los matones, y les plantó cara:

-¿Qué os pasa con el chico?

-¿Eres su novia o algo?-le preguntó un matón.

-No te importa, pero que sepáis tú y tus amiguitos que soy testigo de lo que le estáis haciendo al muchacho, y que soy capaz de quejarme a la señora Cooper-le explicó Ciara.

-¿Te estás chuleando?-le espetó el amigo del primer matón.

-No me estoy chuleando, soy mayor que vosotros y los mayores tienen que ayudar a los pequeños, es la ley de la justicia, pero vosotros nunca la entenderíais porque tenéis un cerebro del tamaño de un mosquito y sois del contrabando-le explicó Ciara con tono duro.

-¡Qué sabelotodo!-exclamó el primer matón.

-Jamás me llames sabelotodo en mi presencia-se defendió Ciara-. Ni siquiera en mi ausencia. Y tus pensamientos te los tragas, mocoso. Tanto tú como tu amiguito, os tragáis los pensamientos. Y, como volváis a atacar, en breve os veréis en el despacho de la señora Cooper con un parte de expulsión de un mes. ¡Largo y dejad al chico!-les ordenó.

Los matones se marcharon, mirando a Ciara con mirada asesina. Ciara les devolvió la mirada: Odiaba más que nada al acoso y sus miembros.

-¿Estás bien?-le preguntó al chico de primero.

-Sí, gracias-respondió el chico.

-Si se vuelven a meter contigo, pide ayuda a los profesores, detendrán el acoso de inmediato-le aconsejó Ciara-. Y de nada, para eso están los delegados de curso. ¿Cómo te llamas?

-Mohamed-respondió el muchacho-. Soy árabe.

-Encantada, soy Ciara-se presentó Ciara-. Y aquellas son mis amigas: Felicity, Sheila, Ella, Alex y Melisa. Si necesitas algo, estaremos encantadas de ayudarte. Y cuando esos se te vuelvan a meter contigo, no dudes en comunicárselo a Bridgit. Es buena tutora y te aseguro que pone freno a situaciones como ésta.

-Soy muy tímido y tengo miedo de confesarle eso y agobiarla más todavía-dijo Mohamed.

-¡No la agobias para nada! Además, tú estás agobiado porque esos tontos te hacen la vida imposible. Y Bridgit se inquietará aún más si no se lo cuentas. Saldrá todo bien, Mohamed, ya lo verás-lo tranquilizó Ciara.

-Gracias por animarme, Ciara-dijo Mohamed-. Te prometo que se lo contaré a la señorita Shapiro.

Bridgit Shapiro era la tutora de primero, la gente la consideraba el clon de la señorita Bennett por su carácter recto y serio. Era profesora de música.

-¿Por qué los tutores de los cursos impares tienen que ser tan rectos como varas?-le pregunté entonces a Felicity para entablar una conversación.

-Supongo que porque los cursos impares son los más duros-respondió Felicity, encogiéndose de hombros.

-¡Por favor!-replicó Melisa, a punto de reírse-. ¡No me hagáis reír! Sólo es pura coincidencia: La señorita Shapiro, la señorita Bennett y la señorita Huerta son las tutoras más estrictas del insti y dan a cursos impares, vale, pero eso es sólo pura coincidencia.

Melisa y sus susceptibilidades. Algo que normalmente suele ocurrir a menudo es que su susceptibilidad está a flor de piel por cualquier cosa.

-Lo hacía para entablar una conversación, no podemos quedarnos mirando a Ciara y a Mohamed como unas tontas sin hablar de nada-respondí.

Para mí, entre muchas otras personas, el silencio es el fruto del aburrimiento. Para otras personas, como Melisa, el silencio es un aposento donde se puede contactar fácilmente con uno mismo. Pero cada uno tiene su forma de mirar el silencio. A lo que iba:

Los chicos atacaron de nuevo al oír mis palabras, porque pasaron delante de nosotras otra vez:

-¿Ciara y Mohamed? ¡La verdad es que sí, hacen muy buena pareja!-empezó Will.

-Cierra el pico, que no hemos hablado contigo-le espetó Melisa.

<<Hum, sería interesantísimo publicarlo en el periódico>>, pensó Dean. <<Creo que Joe es el rehén perfecto  para que escriba y publique dicha noticia>>. <<Además de robar el diario del club, ¿por qué no inventarnos una mentira para el periódico escolar y así dejarlas a todas en ridículo? Bien pensado, Dean, eres un genio>>.

Como yo decía, para otros, el silencio era un aposento donde uno podía contactar con uno mismo y, además, construir sus propios pensamientos e ideas. Otros aprovechan, en lugar del silencio, el ruido de la clase para distraerse y entrar en su propio planeta, en el caso de Felicity y reconozco que también en mi caso: Nadie es perfecto.

-¡Hola!-le gritó Sheila a Dean entonces, aprovechando que estaba distraído-: ¡Tierra llamando a Dean!

Dean se achantó, tal y como esperábamos.

-¡Madre mía, qué susto!-exclamó-. ¡Me las pagarás!

-Mándame la factura con la cuota-respondió Sheila, mientras nosotras reíamos por lo bajo.

Los compinches de Dean miraban a su jefe como atontados. Entonces llegaron Ciara y Mohamed.

-¿Salís juntos?-preguntó Will entonces.

-Vete a paseo-le espetó Ciara, mientras que acompañaba a Mohamed a un sitio-. Encima, no tienes otra cosa mejor que hacer que molestar al personal. Ni tú, ni el resto. A veces pienso que nada más que estáis como farolas, para adornar el recinto escolar.

Nosotras nos reímos a carcajadas, mientras Ciara nos miraba guiñando un ojo. Will movió los ojos con arrogancia. Pero George no iba a permitir que su grupo se achantara tan fácilmente:

-¡Anda con cuidado, Ciara Iris Anderson!-gritó, llamando a Ciara por su nombre completo-. ¡Si sigues así nos las vas a pagar muy caras!

-Si eres tú el que finalmente paga la prenda-dijo Ciara, y se largó con Mohamed. Pero aun así, George no se iba a dar por vencido.

Mientras los chicos se fueron frustrados y a la vez ansiosos por vengarse de nosotras, Ciara y Mohamed iban a la sala de profesores en busca de la señorita Shapiro.

-Señorita Richardson, ¿está la señorita Shapiro?-le preguntó Ciara a la tutora de cuarto curso en la sala de profesores, al no ver a la señorita Shapiro por ningún rincón de la sala.

-La señorita Shapiro no está-respondió la señorita Richardson con serenidad-. Ha salido un momento. Lo siento.

-No se preocupe, y perdone las molestias, señorita Richardson-respondió Ciara, desanimada en su interior.

-Oíd, si queréis contarme algo, no os preocupéis, ya hablaré con vuestras tutoras si hace falta-insistió la señorita Richardson-. No me importa en absoluto.

-No se moleste, señorita Richardson, en otro momento, de verdad-dijo Ciara-. Aunque gracias de todos modos.

-Bueno, anda, no insisto más...-dijo la señorita Richardson-. Como queráis. No quiero forzaros.

-Gracias, señorita Richardson, hasta luego-se despidió Ciara.

Ciara estaba muy preocupada por la situación de Mohamed. Para tranquilizar al muchacho (y para tranquilizarse a sí misma) dijo:

-No te preocupes, Mohamed, ya vendrá. Habrá salido a hacer un recado o algo así. Pero lo importante es decirlo: Como dice un refrán, más vale tarde que nunca. Luego te acompaño si quieres para decírselo-le propuso-. Si te da vergüenza, puedo ayudarte.

-No te molestes, gracias-rechazó Mohamed amablemente-. Y gracias por haberlo intentado.

-Para mí no es ninguna molestia-insistió Ciara-. Y de nada-añadió con una sonrisa cálida-. Para eso somos los delegados.-Entonces recordó que lo había dicho antes y añadió-: Y perdona por habértelo repetido, lo siento.

-No importa-dijo Mohamed-. Yo no soy de esos tipos a los que odia la gente que recalca las cosas.

Ciara le dedicó una sonrisa. Mohamed se la devolvió. Pero entonces algo les estropeó el momento: Valerie Guasch y Jessica Finster. La unión de dos pequeños y perversos ratones forma una horrible y monstruosa rata de alcantarilla, más cizañera y perversa.

-¡Qué bonito!-exclamó Valerie fingiendo sorpresa-. ¡Ciara y Mohamed! Hacen buena pareja, ¿verdad, Jess?-le preguntó a su amiga, pero antes de que la pobre chiquilla respondiera, Ciara contraatacó. No se iba a dar por vencido:

-Piérdete, Valerie, que nada más que molestas, y en este instituto sobras.

-Si sobro yo, mis fans también sobran-respondió Valerie-. Y Jess también.

-Sí, tú y todas tus ratas de alcantarilla-le espetó Ciara.

-Hacen muy buena pareja, Valerie, por supuesto que sí-afirmó Jess en ese momento, lo cual hizo que Ciara "pisara el acelerador" con mucha más fuerza y contraatacara de nuevo, pero The Secret Door se lo impidió:

-Por una vez estamos de acuerdo-dijo Will-. La mandona que se cree muy lista y el tonto que se cree muy listo hacen buena pareja. ¡Que se besen, que se besen!

Los demás se unieron al coro para hacerle compañía: Ciara estaba que echaba humo, y Mohamed estaba rojo como un tomate de la vergüenza que estaba pasando. Pero por suerte, Annabella había llegado en ese preciso instante:

-¡Dejadlos en paz, cabezas huecas!-atacó-. ¿Es que no sabéis comportaros? Muy bien, yo misma llamaré a la señorita Shapiro para que os lleve de vuelta a Primaria. Por mí, no me importa nada. Todo aquel, toda aquella, todos aquellos o todas aquellas que se metan con un miembro o con el grupo Smiling Friends se la tendrán que ver conmigo. Y quien toque a Mohamed, también.

Annabella y Mohamed eran muy buenos amigos.

-¿Me estás desafiando, enana del contrabando?-preguntó Valerie, que desde entonces la consideraba una "enana del contrabando" por ser fan de Smiling Friends.

-¡No me llames así, no soy ninguna enana!-respondió Annabella-. Y lo que tú estás llamando "contrabando" no existe. Tú eres el contrabando, o, mejor dicho, tú eres la contrabandista.

Ciara y Mohamed quedaron perplejos del carácter espabilado de Annabella. Desde que su vida dio un giro, ahora se había convertido en una chica extrovertida, segura de sí misma y capaz de abrirse a los demás. Los retacos (los chicos) se habían marchado, y Valerie y Jessica también decidieron retirarse. Annabella terminó su defensa con:

-¡Muy bien, cobardes, volved a vuestras madrigueras! ¡Y, a poder ser posible, no volváis a salir de ellas! ¡Ni siquiera asoméis la cabeza al exterior, porque os aseguro que os la veréis conmigo!

Ciara se quedó boquiabierta. En cuanto se le pasó el susto, dijo:

-Gracias, Annabella.

-Sí, gracias-dijo Mohamed, que también había recuperado el habla.

-De nada-dijo Annabella-. Para eso están los amigos, ¿no?

-Sí-respondieron Ciara y Mohamed con una sonrisa.

-Por cierto, Mohamed, ¿te ocurre algo?-le preguntó Annabella.

-¿Por qué lo preguntas?-respondió Mohamed.

Annabella estuvo a punto de responder, cuando llegamos nosotras. Felicity preguntó:

-¿Qué hacían los retacos, Valerie y Jessica con cara de asco? Los vimos ahora bajar para volver al patio. ¿Ha ocurrido algo?

-Estamos aquí porque creemos que ha sido por algo que habéis defendido-explicó Melisa.

-En efecto-confirmó Annabella-. Ciara y Mohamed estaban a punto de ser acosados por esos tontos. Yo hice lo que llamo un stop-bullying, un freno al acoso escolar.

-Es horrible eso del acoso-dijo Sheila-. Repugnante y horrible.

-Igual que los acosadores-añadió Alex-. Los acosadores son personas horribles y repugnantes, además de crueles.

-Sí, no tienen otra cosa mejor que hacer que fastidiar a las buenas personas, a las que tienen buen corazón y son inocentes-dije.

-Es como someter a alguien a esclavitud-dijo Felicity.

-Las dos cosas son igual de peores, crueles y malintencionadas-dijo Melisa.

-¡Bien dicho, Melisa!-exclamó Sheila.

-Gracias-dijo Melisa.

-No hay tiempo para halagos, hay que ayudar a Mohamed-dijo Ciara.

Felicity y yo estábamos hablando entonces de moda:

-Lancôme ha sacado una nueva gama de pintalabios con sabores-dije-. Todavía me compré ayer el de frambuesa, es mi sabor favorito.

-¡Qué suerte! ¡Yo también pensaba comprármelo, pero mi madre dice que es muy caro! ¡Y adoro la frambuesa! Esos pintalabios son únicos: tienen una función que sirve para hidratar los labios, funciona también como labial: Colorido, pero discreto al mismo tiempo.

-Yo también pensaba calificarlo de esa forma tan "elegante"-dije.

Pero Ciara detuvo nuestra conversación con una mirada ceñuda y dijo irónicamente:

-¿A qué estáis esperando? ¿Sabéis qué? Mi sabor favorito es el de melocotón, pero no me quiero meter en el tema porque hay que ayudar a Mohamed y es mucho más importante que el tema de la moda.

-Ciara, verás, no hace falta que me ayudes, puedo yo solo-dijo Mohamed entonces.

Ciara miró a Mohamed triste.

-De verdad, puedo yo solo-insistió Mohamed-. No te preocupes por nada. Estaré bien.

-¿Estás seguro?-preguntó Ciara.

-Claro, no estés así, tranquilízate, sé cuidarme solo-dijo Mohamed.

-Bueno, pues no te agobio entonces-concluyó Ciara-. Si me necesitas, ya sabes dónde estamos mis amigas y yo.

A Ciara, aunque tratara de disimularlo, le hubiese gustado ayudar a Mohamed, pero claro, en esta vida hay cosas que son difíciles de alcanzar y necesitamos un "taburete" para conseguirlas. Y en otros casos (en el caso de Ciara) es que no todo sale como uno quiere. El destino es un niño pequeño caprichoso a veces. Él es el único capaz de conseguir lo que quiere a su manera.

Felicity y yo continuamos hablando de la conversación antes corrompida por Ciara para animar un poco al grupo, pero ésta no estaba de humor:

-Venga, Ciara, revélanos tu sabor favorito de pintalabios-intentó animarla Felicity-. Igual te animas un poco más.

-Sí, venga, dínoslo-insistí.

-El mío es el de piña colada-respondió Sheila en su lugar-. Me encantan las piñas. Siempre me ha parecido que tenían algo especial.

-Mi sabor favorito es el plátano, porque sabe muy bien-dijo Alex-. Y mi animal favorito, el mono. ¡Son tan cucos...!

-El mío, el de naranja, me encanta su sabor-dijo Melisa-. Ese sabor tan ácido en los caramelos, tan dulce en los zumos...

-El nuestro el de frambuesa, mirad por dónde, es la cosa más rica que se haya visto en el mundo silvestre-respondimos Felicity y yo al unísono.

-¡Mentira!-dijo Melisa-. La naranja, ácida y dulce al mismo tiempo. Da sensación de bienestar.

-Algo ácido nunca da sensación de bienestar, da sensación de ansiedad al cuerpo-dije.

-Nada de eso da sensación de ansiedad-dijo Ciara, cortando la conversación que estábamos manteniendo-. Lo que da verdadera sensación de ansiedad es todo aquello a lo que consideras importante y se esfuma, entre muchas otras cosas.

-¡Vamos!-exclamé-. ¿Todavía sigues con ese tema?

-Está en primero, los de primero son un poco indefensos-respondió Ciara.

-¡Mira a Annabella! Ella al principio era muy indefensa, pero finalmente se soltó-dijo Felicity.

-Perdón, pero hablando de Annabella y Mohamed, ¿dónde están?-interrumpí.

-Es verdad, se fueron así, sin más-dijo Melisa.

-Bueno, no nos preocupemos por ellos, estarán estudiando o cumpliendo los deberes que tienen los niños de primero-dijo Alex-. ¿Os acordáis cuando íbamos a primero? Teníamos muchos deberes que cumplir, entre ellos el deber de estudiar, ¡cómo no!

-Sí, no nos preocupemos-dijo Sheila.

Ciara, afectada, saltó:

-No os importa nada de nada, ¿verdad? ¡Nada más que vuestros propios intereses!

-¿De qué estás hablando?-quiso saber Felicity.

-Estoy hablando de ese mismo tema, pasáis de cualquier cosa que no es importante para cualquiera del grupo-explicó Ciara-.Y cuando hay algo que me importa, que es importante para mí, vosotras hacéis como si eso no existiera, le restáis importancia a las cosas.

-Tú se las sumas demasiado, Ciara, deberías relajarte, además, el problema no es tuyo, y Mohamed sabe arreglar los suyos-dijo Alex.

-No sabe-la contradijo Ciara.

-¿Te imaginas que él se estuviera metiendo en tus problemas, Ciara? Eso no sería nada normal, tampoco-dijo Melisa.

-No te ofendas, pero Melisa tiene razón-dijo Alex.

-Yo también estoy de acuerdo-dije.

-Y yo-dijo Sheila.

-Ya somos 4-dijo Felicity.

-Pues yo esta vez estoy en desacuerdo, tengo que ayudar a ese chico-dijo Ciara-.¡En cualquier momento se pueden meter con él! ¡He de impedirlo cuanto antes!

Y se marchó, en busca de ayuda. Nosotras sí que estábamos realmente preocupadas, como si nuestra buena y gran amiga Ciara se hubiese transformado en una horrible copia de Valerie: Lo malo de Ciara es que era muy cabezota a la hora de ese tipo de situaciones, y se lo tomaba todo muy a pecho. Felicity llegó a una conclusión, una vez que desapareció de nuestra vista:

-¿Y si Ciara está enamorada de Mohamed?

-Podría ser, sí-dijo Melisa-. No obstante, yo siempre he pensado que le gusta Will. ¡Se pelean tanto...! Y ya sabéis lo que dicen: Los amores reñidos son los más queridos. Pero tal vez tengas razón: Igual le ha dado fuerte, aunque lo niegue.

-Por una vez estáis de acuerdo-dijo Dean, que había aparecido otra vez ante nosotras. A veces, The Secret Door parecía una enorme mosca carnicera que nada más que molestaba-. A Ciara le ha dado fuerte.

-No hemos pedido tu opinión, Webster, ¡fuera de aquí!-le espetó Melisa.

-Sí, y ninguna ha dicho que estuviéramos de acuerdo, sólo que podría ser verdad, pero no estamos seguras-dijo Alex.

Pero en realidad Dean sólo estaba intentando retrasarnos: Había puesto en marcha su plan. Joe estaba en el aula de informática con George mientras Will y André vigilaban la puerta del aula por si andaba alguien al acecho. Vince sólo era un poste: Él observaba lo que hacían sus amigos, aburrido.

-¡Ve más rápido!-le urgió George a Joe.

-¡No se me ocurre nada para que la noticia dé más chispa!

-Hablas de tantas matemáticas, pero luego no estás actualizado-dijo George-. Déjame a mí, anda, que soy más imaginativo.

George apartó a Joe de la silla del ordenador con un empujón. Joe cayó hacia atrás y se le cayeron las gafas.

-¡Oye! ¡Ten más cuidado!

-Perdona-se disculpó George en tono de burla, mientras tecleaba rápido en el ordenador.

En 15 minutos no pasó ningún profesor por delante del aula de informática, para el orgullo de los chicos, especialmente de George, que había terminado la falsa noticia. Ahora sólo faltaba imprimirla, y, para nuestra desgracia, ya lo había conseguido: Se imprimieron centenares de copias, pero una copia hizo que la impresora se estropeara.

-¡Oh, oh!-exclamó George, llevándose las manos a la cabeza.

-Ya te dije que para esto era un experto-dijo Joe, enfadado-. Debiste haberme dejado hacer algo. Somos un grupo, cada uno hace algo. Y Vince y yo no hemos hecho nada en toda la "misión".

-Tú y Vince sois dos bistecs de carne insignificantes, los demás somos los expertos aquí-le espetó George.

-¡No es verdad!-se defendió Joe-. ¡Eres tú el que no vales! ¡No me extraña que tu hermanastra te trate de esa forma!

-Retira eso-le ordenó George.

-Lo más importante ahora es el estado de la impresora-intervino Vince, que por una vez había conseguido razonar algo-. ¡Está rota! Puede que yo no sea como Joe, pero creo que deberíamos arreglar la impresora cuanto antes.

-Tiene razón-admitió George-. No hay que perder el tiempo. Si se entera algún profesor, ¡nos sancionarán!

Joe asintió y se pusieron a trabajar. Tras varios intentos, la impresora terminó con un efecto contrario al que ellos deseaban: En lugar de mejorar, ésta empeoraba hasta que se estropeó del todo.

-¡Oh, oh!-exclamó Joe.

-Tranquilo, colega, eso nos pasa por no escuchar tus palabras científicas-dijo George-. No te preocupes. Y perdona por lo de antes.

-No tiene importancia-dijo Joe-. Hay un proverbio que dice...

-...mejor en otra ocasión, si no te importa-lo interrumpió George a propósito. Le aburrían los proverbios que solía mencionar Joe, pero rechazó la idea suavemente, de tal forma que no hiriera sus sentimientos de nuevo.

-De acuerdo-dijo Joe-. Si prefieres en otra ocasión, así será.

André y Will avisaron entonces:

-Viene la señorita Shapiro, apagad las luces del aula de informática. Nosotros os cubriremos y la distraeremos.

Llegó la señorita Shapiro justo cuando Vince apagó las luces y cerró el aula de informática con la llave que había cogido del alero, donde se guardaban las llaves de emergencia.

-Buenos días, señor Davis, señor Johnson, ¿qué hacen ustedes aquí?-preguntó la señorita Shapiro.

-Buenos días, señorita Shapiro-respondió Will, tratando de jugar bien sus cartas de improvisación-. André y yo estamos esperando a la señorita Bennett, habíamos quedado con ella aquí para la clase de refuerzo. Hemos suspendido el examen de matemáticas.

-Quería hacerles una pregunta antes de que me vaya-dijo la señorita Shapiro-. ¿Han visto a la señorita Anderson y al señor Abulabbas? La señorita Richardson me ha dicho que han intentado contactar conmigo en el rato que no estaba.

-No los hemos visto-respondió André.

-Bueno, pues intentaré contactar con ellos por megafonía-dijo la señorita Shapiro-. Gracias de todos modos. Pasen un buen día y mucha suerte en el refuerzo.

-Gracias-dijeron Will y André.

Mientras tanto, Melisa había pillado a Dean con las manos en la masa: Era una gran detective.

-Vale, lo confieso, estamos maquinando nuestro plan de venganza-logró admitir Dean.

-Eso es lo que mis oídos querían oír-dijo Melisa-. Gracias por habernos aportado tu ayuda, Dean, ahora nos será mucho más fácil hacer que las cosas vuelvan a su cauce. Ya sé que no te gusta que todo vuelva a la aburrida y sosa normalidad, pero te aconsejo que a la próxima le añadas azúcar por si te resulta sosa.

Melisa y su sentido irónico eran compatibles. En cuanto salimos del hall dejando a Dean solo, comenzó a capitanear el siguiente plan:

-Felicity, Alex y Sheila, ir al pasillo de las aulas de tecnología a averiguar algo. Ella y yo iremos a buscar a Ciara.

-De acuerdo-dijeron las tres al unísono.

Pero, mientras poníamos en marcha nuestro plan, Mohamed ya había bajado de la biblioteca a encontrar a la señorita Shapiro. Finalmente, la encontró en el patio.

-¡Señorita Shapiro!-la llamó.

La señorita Shapiro se acercó a él y le saludó:

-Buenos días, Mohamed. ¿Había algo que me quería contar? ¿Y la señorita Anderson?

-La he avisado de que quería solucionar mi problema por mi cuenta, no quería pretensiones. Ya sabe, no quería agobiarla para que me ayudara, tengo 12 años y tengo que aprender a solucionar mis problemas por mi cuenta, sin agobiar a nadie para que se sacrifique por mí-le explicó Mohamed.

-Ajá-dijo la señorita Shapiro-. Ahora, dime: ¿Qué querías contarme?

-Me están molestando en clase-confesó Mohamed.

-¿Quiénes?-quiso saber la señorita Shapiro.

-Julien, Marcus y Zacharias-respondió Mohamed-. Comenzaron a llamarme "niño raro" "árabe repelente" y cosas así.

-Eso es muy cruel por parte de ellos tres, además, es acoso escolar y hay que frenarlo con urgencia, Mohamed-dijo la señorita Shapiro-. ¿Cuándo comenzaron a insultarte de forma horrible y cruel?

-Antes de ayer-respondió Mohamed.

-Podrías habérmelo contado, no me extraña en absoluto que la señorita Anderson estuviera preocupadísima-dijo la señorita Shapiro-. ¿Por qué no quisiste contármelo?

-No quería agobiarla, no quería agobiar a nadie-respondió Mohamed.

-Para eso estamos los profesores, Mohamed, para que nos cuentes cuándo te va mal y cuándo bien-le explicó la señorita Shapiro-. Y si te pasa algo así, cuéntamelo a la próxima vez. Si no, es peor. Nosotros queremos que vayas tranquilo, contento y seguro a clase, al igual que el resto de los alumnos. Cuando alguien se meta contigo, por favor, no dudes en decírnoslo, ¿de acuerdo?

-De acuerdo-respondió Mohamed-. Muchas gracias, señorita Shapiro.

-Para eso estamos-dijo la señorita Shapiro-. Le aconsejaría que ahora hablara con la señorita Anderson.

-Lo haré-le prometió Mohamed.

-No te preocupes: Julien, Marcus y Zacharias serán severamente castigados y notificaré a sus padres el tema en una carta dirigida a cada uno-le dijo la señorita Shapiro.

-Gracias de nuevo, señorita Shapiro-le dijo Mohamed, agradecido-. Ciara tenía razón: He de contar las cosas graves a mis padres o profesores. Iré a hablar con ella ahora mismo. O, mejor aún, le daré una sorpresa.

-Hazme caso, Ciara es una buena chica, yo le di clase y es un cielo de niña, una alumna metódica, madura, inteligente, comprensiva, simpática...y buena amiga-dijo la señorita Shapiro-. Y sus amigas también-añadió.

-Sí, ya se le nota en la cara-respondió Mohamed, con una sonrisa-. Y a sus amigas-añadió.-Después concluyó la charla añadiendo-: Bueno, tengo que irme. ¡Hasta luego!

-Hasta luego, Mohamed-se despidió la señorita Shapiro.

Mientras Mohamed iba en busca de nosotras para darle una buena sorpresa a Ciara, Felicity, Sheila y Alex habían logrado averiguar algo. Alex salió de su escondite a la primera y se acercó a Will. Éste se asustó al verla:

-¡Por poco me da un infarto!-exageró-. ¿Qué haces aquí?-preguntó.

-Habla en plural, Felicity, Sheila y yo estamos para averiguar qué hacéis, o, mejor dicho, para revelar la verdad-le explicó Alex-. Melisa ha conseguido hacer rendir a Dean y admitir que estabais planeando algo para humillarnos delante de todo el colegio. Lo siento, pero nosotras no hemos nacido ayer.

Will maldijo por lo bajo a su jefe. Alex continuó la conversación:

-Ahora, ¿qué andáis tramando en el aula de informática?-quiso saber.

-Nada que sea de tu interés-respondió Will. A Alex ya no le extrañaba nada que Ciara y él se estuvieran peleando a todas horas.

-Para tu información, sí es de nuestro interés-intervino Felicity, que se había armado de valor para salir de su cobijo.

Sheila también la imitó. Will y André (que estaba escuchando música con los auriculares, no se daba cuenta de lo que pasaba en ese momento) estaban acorralados.

-Chicas, jurad que no se lo diréis a nadie-dijo Will.

André se quitó entonces los auriculares que llevaba puestos y preguntó:

-¿Qué secreto?

-¿Cuál va a ser, so bobo? ¡Que hemos fastidiado la impresora y no podemos hacer nada para arreglarla!

La señora Cooper, que pasó por delante de ellos en ese momento, clavó una mirada severa en los ojos de Will y André.

-Gracias, André, muchísimas gracias-le susurró Will lleno de rabia.

-Señores Davis, Johnson, ¿qué está pasando?-preguntó la señora Cooper, tratando de mantenerse serena.

Alex miró socarronamente a Will, que finalmente dijo la verdad a regañadientes:

-Hemos estropeado la impresora mientras ordenábamos hacer cien copias.

-¿Y para qué querían cien copias?-preguntó la señora Cooper.

Will y André se encontraron con las miradas socarronas de Felicity, Sheila y Alex. André finalmente confesó:

-Para el próximo número del periódico escolar.

-¿Y para qué si el próximo número no sale hasta la semana que viene?-preguntó la señora Cooper.

Los chicos se cansaban de la retahíla de preguntas de la señora Cooper, pero no tenían otro remedio que responder si no querían recibir un parte de expulsión del colegio:

-Para humillar a Ciara y a Mohamed-respondió finalmente Will.

-¡Perfecto, entonces! La señorita Shapiro acaba de hablar con Julien, Zacharias y Marcus sobre su castigo, por tanto, ustedes se unirán a la partida. Diez libras cada hora por cabeza...entre ustedes y sus amigos pagarán el arreglo del técnico. Por favor, permítanme-se abrió paso entre Will y André, y abrió la puerta del aula con una copia de la llave de esta.

La señora Cooper se encontró a Vince, George y Joe. George y Joe estaban arreglando la impresora, mientras que Vince jugaba a la PSP. Cuando sus ojos se posaron en los ojos severos de la señora Cooper, él apagó la PSP y la guardó antes de que se la confiscara.

-Bien hecho, señor McCormack, muy bien hecho-lo felicitó la señora Cooper irónicamente-. Se merecen un premio: Usted y los señores Thomas y Anderson se unirán a la partida.

-¿Qué partida?-preguntó George.

-El premio al lío en que nos hemos metido-respondió Joe-. Por culpa de Dean, vamos a estar limpiando el colegio entero durante una semana. Diez dólares por cabeza para pagar el arreglo del técnico. Y no vamos a estar nosotros cinco, no: Van a unirse Marcus, Julien y Zacharias, de primer curso.

-Y el señor Webster también va a participar, estoy segura de que a él se le ha ocurrido cometer esta fechoría que dejará huella en cada uno de vuestros respectivos expedientes-dijo la directora en tono severo-. A él le dejará huella por habérsele ocurrido la idea; y a vosotros, por ser sus perros de caza y obedecerlo. El que no quiere ir de bueno, va de malo. Y los malos se merecen un castigo.

Melisa y yo ya habíamos encontrado a Ciara. Estaba en el gimnasio, haciendo movimientos de ballet.

-¡Aquí estás! ¡Llevamos buscándote por todo el colegio!-exclamó Melisa, indignada-. Queda menos de un minuto para que el recreo llegue a su fin, ¿y tú estás tan pancha en el gimnasio?

-Las panchas sois vosotras, no os importa nada más que vuestros intereses y actuáis como pasotas ante las cosas importantes-dijo Ciara.

-Estás llegando muy lejos-le dije-. Para tu información, hemos visto a la señorita Shapiro.

-¿Ha llegado?-preguntó Ciara.

-¡Claro! ¡Hace cinco minutos!-respondió Melisa.

-Pero lo más importante es que...-dije, dejando la frase en el aire.

-¿Qué? ¿Qué es lo más importante?-quiso saber Ciara.

Melisa y yo nos habíamos encontrado con Mohamed minutos antes:

-¡Mohamed!-exclamamos al unísono.

-¡Sssh!-nos ordenó que nos calláramos.

Yo le pregunté en voz más baja:

-¿Qué pasa?

-Voy a darle una sorpresa a vuestra amiga, no lo estropeéis-nos explicó.

Nos contó su plan en voz baja, y ahí fue cuando encontramos a Ciara en el gimnasio.


Entró Mohamed después de que Ciara hubiese preguntado qué era lo más importante. Ciara lo miró, perpleja:

-¡MOHAMEEEED!-exclamó.

-Sí, le he contado a la señorita Shapiro todo y ya ha hablado conmigo y con los matones, los ha castigado una semana limpiando el colegio entero-le explicó Mohamed a Ciara-. Para que veas que tienes que confiar más en la gente y darle más tiempo a que intente resolver sus problemas. A veces, reaccionamos como las plantas.

-Es verdad, siento mucho haberte presionado tanto-se disculpó Ciara-. Mil perdones. Temía que no supieras resolverlo tú solo...pero me has demostrado que eres un muchacho valiente. Y para que veas que confiar en los profesores no es malo-añadió guiñándole un ojo.

-Sí, tienes razón-dijo Mohamed-. Y no importa: Disculpas aceptadas.

Ciara se volvió hacia nosotras:

-Melisa, Ella, perdonad por lo de antes: Estaba muy mosqueada y demasiado preocupada por el estado de Mohamed: Temía que el remedio pudiera ser peor que la enfermedad.

-Desconfías demasiado, intenta confiar más-le dije.

-Procuraré intentarlo-dijo Ciara con una sonrisa amplia.

Melisa recibió entonces un SMS en su BlackBerry:

-Acabo de recibir un mensaje de Felicity-nos informó-. The Secret Door ha sido descubierto y la directora les ha castigado con los matones de primer curso a limpiar el instituto entero. Les darán diez libras por cada hora que lo limpien para pagar el arreglo del técnico. ¡Qué bien les ha caído!

-Ya te digo-dijo Ciara.

-Sí, los malos se merecen jarabe de palo-dije, con una sonrisa.

-¡Qué rima más buena!-dijo Mohamed.

El timbre sonó: El recreo había terminado, y con ello, nuestra aventura.

Ciara volvió a disculparse ante todas nosotras por haberse comportado de forma tan tonta, y prometió no volver a hacerlo, además de intentar confiar un poco más en la gente de fiar. The Secret Door, Marcus, Julien y Zacharias limpiaron el instituto entero durante una semana: Al entrar al insti, las aulas estaban limpias como los chorros de loro, pero a la salida quedaban más o menos como una cuadra, y tenían que volver a limpiarlo y ordenado todo bajo la supervisión de la señora Measly.

Lo que hemos aprendido en esta primera aventura es que ayudar está bien cuando uno lo necesita, pero no hay que ayudar en exceso, ya que podría molestar a la gente que quiere hacer y resolver las cosas por su cuenta, o en otros casos las personas pueden aprovecharse fácilmente y abusar, como Valerie con Jessica. En cuanto a Mohamed, ahora va más tranquilo y seguro a clase, e incluso puede almorzar tranquilo. Y en caso de que te ocurra algo como le pasó a él, coméntaselo a tus padres o profesores de inmediato. Ellos te ayudarán a tajar el asunto de inmediato. Decir NO al acoso escolar es plantarle cara al mismo. 

jueves, 3 de noviembre de 2011

Historia de una adolescente: Capítulo 6-Las rosas nacen de las espinas

Hola a todos, ¿qué hay? Soy Melisa Vega, la hermana melliza de Felicity y amiga de Ciara, Alex, Sheila y Ella. Algo de lo más curioso es que las cosas buenas (rosas) provienen de las cosas malas (espinas). Eso es algo que siempre me ha interesado.

Todo empezó hace una semana. Ciara estaba mosqueada porque su jornada en el periódico no le ha ido muy bien.

-¡Es un asco, no lo aguanto!-se quejó en el recreo.

-¿Qué pasa, Ciara?-le preguntó Alex.

-¿¡Que qué pasa!? ¡Valerie se va a unir al periódico por petición de la señorita Bennett!-respondió Ciara de mal humor.

-Relájate y evita pretensiones, nos lo cuentas mientras te relajas, ¿de acuerdo?-le aconsejó Sheila.

La señorita Bennett, al igual que ningún profesor del colegio, tampoco sabía los daños que causaba Valerie a sus espaldas. Ni siquiera la directora ni los jefes de estudios lo sabían. Estaba claro que Valerie empleaba bien sus caretas de ángel.

-Ciara, tranquila, la señorita Bennett no sabe lo que hace Valerie a sus espaldas-la calmó Alex-. Si no, no le permitiría entrar en el periódico escolar.

-Tienes razón, pero tenemos que hacer que esta semana la pillen con las manos en la masa, llevamos dos años aguantándola en el Burton High-dijo Ciara-. Como se suele decir, a la tercera va la vencida.

-Para el carro, Ciara-intervine-. Te aconsejo que pienses antes de actuar y que vuelvas a sentar la cabeza. Si pretendes que pillen a Valerie sean cuales sean tus estrategias, te meterás en problemas, y si nosotras te acompañamos, nos meteremos también en problemas. Para evitar ese tipo de desastres, es mejor que el tiempo lo indique.

-Estoy de acuerdo con Melisa-dijo Felicity.

-Y yo-dijo Ella.

-Ya somos cuatro-respondieron Sheila y Alex al unísono.

Ciara nos miró y luego me miró a mí. Después dijo con sinceridad:

-Tienes toda la razón del mundo, por tanto yo también te apoyo. Perdonadme todas, pero es que estaba de un humor de perros.

-Sabemos cómo te sientes-le dije-. Si hubiésemos estado en tu lugar antes, seguro que nos crisparíamos, ¿verdad?

Todas asintieron. Yo continué:

-Pero es mejor que le dejes intervenir al tiempo y de momento soportar ese cargo.

-Lo intentaré llevar con paciencia-me prometió Ciara.

En ese momento llegó Valerie para machacarla más:

-Seguro que en cuanto esté aquí intentaré alcanzarte-le dijo-. Y algún día seré la directora del periódico y empezaré cambiando algunas cosas, entre ellas tu puesto. Empezaré despidiéndote, Ciara.

-¿No te estás adelantando demasiado, Valerie Vaca que ríe?-le pregunté. Así la llamábamos chistosamente porque su nombre termina en rie.

-La verdad es que no, porque en unas semanas seré directora del periódico, y con la señorita Bennett bajo mi control, podré hacer lo que a mí me dé la gana-respondió Valerie-. Y nadie me lo va a impedir.

-Lees demasiados tebeos o ves demasiadas películas de acción, Valerie, y deberías beber menos limonada con azúcar-bromeó Alex.

La verdad es que Alex tenía razón: Valerie se estaba comportando como los villanos de los tebeos o de las películas de acción.

-No soporto los tebeos y las películas de acción no son lo mío-dijo Valerie, molesta.

-¡VAAAAAALEEEERIIIIIIEEEEE!-la llamaron en ese instante.

Era una fan suya de primer curso, Annabella. Llevaba una foto suya en una mano y un rotulador permanente negro en el otro.

-¡Hola, Annabella!-la saludó Valerie, fingiendo amabilidad-. ¿Qué tal? ¿A qué has venido, pequeñina?

-Muy bien, gracias. ¿Pero no me ves con una foto tuya y con un rotu permanente?-respondió Annabella-. ¡Quiero que me firmes un autógrafo, porfi! ¿Podrías?-le preguntó.

Nos reímos por lo bajo, mirando a Valerie. ¿Cómo podía preguntar esas tonterías?

-Por supuesto, Annabella, encantada de firmarte y encantada de que seas bienvenida a mi clan de admiradores-respondió Valerie con voz melosa.

Annabella le dio la foto y el rotulador a Valerie, y ésta se lo firmó.

-Ya está-le dijo a Annabella.

-Muchísimas gracias-dijo Annabella-. Te admiro. ¡Eres fantástica! ¡Y esta foto es la que más me gusta de todas las tuyas! ¡Estás guapísima con este bolso de Louis Vuitton, con estas gafas de sol de RayBan y con ese conjunto de Pimkie! ¡Causas sensación!

-Lo sé-se limitó a responder Valerie-. Yo soy la chica 10 de todas las marcas. Por eso soy modelo y estoy a punto de convertirme en modelo internacional y en actriz. En junio me iré a rodar mi propia serie a Nueva York.

Por si no lo sabíais, Valerie es modelo, a punto de convertirse en modelo internacional y en una actriz que a saber qué reputación tendrá. Nosotras agradecimos lo que le dijo a Annabella, pero ella, sin saber que nosotras estábamos delante, se asustó un poco, por lo que Annabella le preguntó:

-¿Qué pasa? ¿Has visto un fantasma? No te preocupes, a mí también me dan miedo. Pero mi padre dice que no existen. Yo aun así tengo miedo por si acaso, pero no tengas miedo, yo te protegeré.

Nos volvimos a reír por lo bajo. A Valerie, en efecto, le molestó la pregunta de la chiquilla, y, creyendo que estaba de nuestra parte, se volvió fría con ella y la riñó gritando:

-Pequeña rata, no me gusta nada que seas fan mía sólo para reírte de mí, ¿queda claro? Soy de tercero de Secundaria, y no soporto que se rían de mí, sobre todo mocosillas como tú. A reírte, de un chiste, pero de mí no.

-¡No estaba de parte de nadie!-replicó Annabella-. ¡No eres nada justa, eres muy mala! ¡Ya verás en cuanto se lo diga al resto, o a todo el colegio! ¡Eres muy mala persona!

-A veces hay que ser cruel para ser buena-respondió Valerie.

Annabella le confiscó el rotulador permanente que Valerie tenía en la mano, rompió la foto firmada en cuatro trozos, la tiró a la papelera más cercana y, enfadada, se fue llorando.

-¡Eres una persona cruel, pobre Annabella!-le dijo Sheila a Valerie-. Es tan sólo una niña inocente. ¿Por qué eres tan mala?

-Una niña inocente, mirad quiénes hablan, Las Santas-se burló Valerie-. Supongo que habéis utilizado a Annabella sólo para que yo me cabree y para que la hiciera llorar, así luego quejarse a los profes y al equipo directivo de mí. ¡Se acabó mi perfección!

Entonces caímos en que aquello era un golpe de casualidad.

-No eres perfecta, Val, eres igual que el resto, una imperfección, lo perfecto sólo está en los sueños imaginarios-le dijo Ciara.

Mientras, la jovencita Annabella estaba en el lavabo de las chicas, llorando. Su hermana Isabella, que la había seguido, logró encontrarla en el primer lavabo y llamó a la puerta.

-¡Annie! ¿Qué te ha pasado?-le preguntó-. ¿Puedo entrar?

-¡No!-respondió Annabella.

-Dime lo que te ha pasado, por lo menos-le pidió Isabella.

-Es Valerie Guasch, es una rata de alcantarilla-le contó Annabella.

-Vamos, Valerie es amable, nunca haría daño a una mosca, yo soy fan suya y estoy en su club-la calmó Isabella-. Debiste de haber soñado despierta en clase de Historia.

-¡Fue ahora mismo, en el recreo! ¡Pero da igual, nadie me creerá!-replicó Annabella-. ¡Valerie Guasch es una bruja! Y lo he visto con mis propios ojos, yo nunca me invento nada.

-A veces pienso que estás un poco chalada, lees demasiados cuentos de hadas, a ver cuándo intentas madurar, hermana-le dijo Isabella-. ¡Chao!

La pobre Annabella siguió sufriendo mientras nosotras reflexionábamos y analizábamos la situación que Valerie había vivido antes.

-¡Un verdadero golpe de suerte!-exclamó Ciara-. ¡Jamás pude creerlo! ¡Valerie por fin va a ser descubierta! ¡Gracias, tiempo, por haberme socorrido!

-No te cuelgues las medallas todavía-la advertí-. No se sabe si las cosas van a mejorar o a empeorar a partir de esta situación.

Isabella se reunió en ese momento con sus amigas, Gigi y Nicole. Nosotras nos preguntamos de dónde había venido, así que Alex fue a sonsacarle algo, a pesar de tener malos dotes para la actuación era muy buena sonsacando información:

-Isabella, ¿de dónde vienes?

-¿A ti qué te importa?-le espetó ella. Isabella era totalmente opuesta a Annabella.

-Ya sé que no me debo meter en donde no me llaman, lo sé de sobra, pero no hace falta que me contestes mal, simplemente queríamos saber dónde se ha metido Annabella, tu hermana-respondió Alex-. Y, por si no sabes con quién estás tratando, estás ante una alumna de tercero de Secundaria, que puede ir a dirección ahora mismo y quejarse de tu descarado comportamiento.

-Como si me dieras miedo, no puedes quejarte porque ni siquiera me he metido contigo, fue al revés, y, por si quieres saber dónde está la friki de mi hermana, se ha metido en el cuarto de baño a llorar como un bebé, siempre supe que el instituto sería demasiado prematuro para ella-respondió Isabella, descaradamente-. Nunca estará a la altura de una alumna de Secundaria. ¡Hay que ver!-y explotó su globo de chicle que estaba mascando.

A Alex le pareció odiosa e insoportable. ¿Cómo podría tener Annabella, una dulce y buenísima persona, una hermana tan horrorosa, maleducada y descarada? Se reunió con nosotras en cuanto se alejó de Isabella y sus amigas.

-Es una Valerie en miniatura, igual de insoportable y odiosa-dijo.

-Me lo imaginaba-dije, con repugnancia-. No la soporto.

-Es de primero y aparenta ser de segundo-dijo Ciara.

-Es que repitió 6º cuando íbamos a primaria-dijo entonces una dulce voz.

¡Era Annabella! Tenía el rostro todo rojo de haber llorado.

-Perdonad a mi hermana, perdonad su insoportable comportamiento, siempre es así, no sé cómo la puedo aguantar, tal vez con paciencia-nos dijo.

-No importa, sabemos soportarlo porque Valerie Guasch va a nuestra clase y es igual de pedante y dominante que Isabella-dije. Entonces añadí-: Sin ánimo de ofender, claro.

-Tranquila-dijo Annabella.

Para colmo, los chicos llegaron a meterse con nosotras y Annabella:

-¡Mirad eso!-exclamó Dean, a punto de partirse de risa-. ¡Las inmaduras con la infantil!

-¡Qué tierno! ¿Qué pasa, alguien te ha hecho daño?-le dijo George a Annabella en tono de burla.

-Déjala en paz-la defendió Alex.

-Sí, piérdete-le dijo Felicity a George.

-Métete con alguien de tu tamaño, hermano-le dijo Ciara a George-. Annabella no te ha hecho nada y es muy injusto que...-pero George la interrumpió de malas maneras:

-¡Vale! ¡Ya me he enterado de lo que es justo y lo que no!

-En realidad, tiene razón-intervino Joe-. Es injusto que la tratéis así. No debemos meternos con los pequeños. Hay una norma de oro para todos por igual, que es: No hagas a alguien lo que no quieras que te hagan a ti.

Joe era el único capaz de sentar la cabeza, pero se sentía presionado por el resto de la descerebrada pandilla:

-Tú también perteneces a nuestro grupo-dijo Will-. Así que, por favor, no intentes defender al enemigo.

-Las discusiones de vuestro grupo no nos importan-dije con frialdad-. Así que, si queréis discutir entre vosotros, marchaos y dejadnos en paz.

-De acuerdo-dijo Dean, con una sonrisa burlona-. Nos marcharemos.

Pero aun así sabíamos que iban a atacar de nuevo en cualquier momento. La pequeña Annabella nos dijo:

-Bueno, tengo que irme a clase, si llego a tarde a Lengua me riñen. ¿Puedo estar con vosotras en el siguiente recreo?-preguntó.

-¡Claro que sí!-respondió Ciara.

Annabella sonrió: Estaba contenta. Entonces se despidió de nosotras y se marchó. Ciara consultó su reloj de pulsera y exclamó:

-¡Madre del amor hermoso! ¡Tenemos clase de Matemáticas y llegamos cinco minutos tarde! ¡La señorita Bennett detesta la falta de puntualidad y nos va a poner un parte para ir al aula de castigo!

-Vamos, no creo que por un día que lleguemos tarde nos vaya a poner un parte-dijo Alex con optimismo.

-No te fíes, Alex-dije.

La señorita Bennett es nuestra tutora, estricta, puntillosa y severa, y, aunque en el fondo no lo demuestre, simpática. No soporta la falta de puntualidad, los cuadernos llenos de tachones, los libros escritos a bolígrafo y las mesas y sillas escritas a bolígrafo o rayadas con tijeras. Cuando alguien llega tarde, a menudo lo echa (tampoco soporta que interrumpan en su clase), pero si es por otros asuntos (consultas médicas, hacer fotocopias, hacer un favor al profesorado del colegio, etc) lo deja pasar:

-¿Por qué llegáis tarde?-nos preguntó.

-Discúlpenos, señorita Bennett, nos hemos despistado-se disculpó Ciara en nuestro nombre.

Los chicos reían por lo bajo, y Val y Jessica sonreían maliciosamente. La señorita Bennett nos miró enfadada:

-Señorita Anderson, hemos acordado a principio de curso que nada de retrasos a no ser por consultas médicas, hacer favores a cualquier miembro del colegio, fotocopias y demás. ¿Han hecho ustedes algo de lo que acabo de mencionar?

Ciara negó con la cabeza, cabizbaja y con la mirada hacia los ojos enfadados de la señorita Bennett. Ésta sacó instantáneamente un parte y lo rellenó rápidamente. Después se lo entregó a Ciara y le dijo:

-Tengan, señorita Anderson, bajen al aula de castigo-dijo la señorita Bennett-. Cuando termine la hora vuelvan a subir, pero vayan directas a la sala de profesores, vamos a hablar sobre esto.

Estuvimos dentro de la horrible aula de castigo durante el resto de la hora, haciendo deberes de matemáticas bajo la supervisión de la señora Measly, una profesora aún más sargento que la señorita Bennett y que impartía clases de gimnasia a primer y segundo curso de ESO y Bachillerato.

-¡No es justo!-nos dijo Alex en voz baja-. ¡La mala suerte nos tiene hechas un lío!

-Señorita Scott, la he oído-dijo la señora Measly-. Pero no se piense que no la voy a castigar por esto, claro que la castigaré. Escribirá 100 veces "No debo hablar en el aula de castigo". ¡Empiece ahora! ¡Y no se va a ir de aquí hasta que termine y me enseñe las copias!

Alex comenzó a copiar a regañadientes la frase que le había ordenado copiar la señora Measly. Nosotras volvimos a la tarea antes de que ella también nos metiera en el ajo. Una vez que salimos del aula de castigo, Ciara dijo:

-Ahora tengo mi sesión de periodismo. ¡Espero que la señorita Bennett no me castigue! ¡La sesión de periodismo es mi favorita!

Así llamaba Ciara a su hora de optativa favorita: Sesión de periodismo.

-Ni esperemos que la señorita Bennett nos castigue al resto por un estúpido despiste-dijo Alex, que estaba hecha polvo después de las copias.

-Lo cierto es que se pasó de la raya-dijo Ella-. ¡Quién lo iba a decir!

-Pero al menos no es como la señora Measly, seamos optimistas-dijo Felicity.

-¡Gracias a Dios!-exclamó Sheila-. ¡Lo que tuvimos que aguantarla el año pasado fue una hazaña heroica! Si la señorita Bennett fuese como la señora Measly, no duraríamos ni diez minutos en sus clases.

Sí, Sheila tenía razón: Lo que habíamos tenido que aguantar a la señora Measly fue demasiado. ¡Encima fue nuestra tutora! Pero este año, por suerte, nos habíamos librado de ella.

-Pero lo peor ya ha pasado-dije-. ¡Es hora de vivir algo nuevo!

-Así, Melisa, ten optimismo y fe-me dijo Ciara.

La señorita Bennett, por suerte, nos había perdonado esta y prometimos no despistarnos más. Después nos separamos, porque Ciara tenía periodismo mientras nosotras teníamos francés. En un principio, habíamos elegido la misma optativa, pero Ciara venía los jueves porque los martes le tocaba periodismo.

-Valerie? Où est Valerie?-preguntó Josephine Poulain, nuestra profesora de francés.

-Elle est avec Ciara, madame Poulain-respondió Alex-. Dans journalisme.

-Oh, là, là! Bon, on va commencer la classe sans elle-dijo la señora Poulain.

Mientras tanto, en periodismo todo iba a peor:

-Ciara, he recibido una reclamación-le informó Blas, el supervisor del periódico.

-¿De quién, Blas?-preguntó Ciara.

-Se trata de Valerie, quiere que hagas unos cambios en el periódico-respondió Blas.

-¡Oh, Dios! ¡Yo lo que quiero es echarla!-replicó Ciara.

-Ya, y yo, no te creas que soy del bando de Valerie, ¡para nada!-dijo Blas-. Pero voy a ayudarte.

-Te lo agradezco, Blas, pero puedo con un peso tan fuerte como el de Valerie, gracias de todos modos-dijo Ciara.

Entonces llegó Valerie:

-Blas, eres un completo inútil-le dijo a Blas, como si fuera la directora del periódico-. ¿No sabes decirle a Ciara todo lo que quiero reclamar?

-Basta ya de criticar al equipo del periódico-lo defendió Ciara-. Aquí tenemos una serie de normas que todos deben cumplir, Valerie. Ahora que perteneces al periódico, no te vendría mal aprender las normas y ceñirte a ellas. Y si no te gustan, vuelve a francés con la señora Poulain, que te consiente hasta gritar. ¡Venga!

-Yo sólo quiero reclamar esto porque quiero el puesto de dirección, y soy capaz de convencer al señor Trick para que te eche-dijo Valerie-. ¡Pero aún no he acabado! Reclamo también los artículos que escribís: Son todos una birria, no van en torno a un personaje importante, y reclamo la actitud de mis compañeros de equipo hacia mí: El comportamiento de cada uno de ellos es nefasto.

-Será porque tú no eres amable con ellos y te comportas como si fueras una dictadora-dijo Ciara-. Como con el resto de la gente. ¿Y por qué te quejas de nuestros artículos? Ya procuro que sean lo más frescos y jugosos posible. ¿Y a qué te refieres con personajes importantes?

-A mí-respondió Valerie-. Quiero que el periódico gire en torno a mí en el próximo número: "Valerie Guasch, una chica 10".

-¿Te crees un personaje importante?-exclamó Ciara, a punto de reírse-. ¡No me hagas reír, Valerie! Y no está permitido el poner en el número entero artículos sobre un mismo personaje. ¡Sería aburridísimo y nuestras ventas caerían en picado! ¡La gente dejaría de comprarlo y mucho menos de leerlo!

-Como que es mi problema-dijo Valerie.

-¡Es también tu problema, porque también perteneces al equipo!-dijo Ciara-. Aquí tenemos una serie de normas que no se han de quebrantar. Y si quieres quebrantarlas, sal de esta aula.

-¡Ciara, Valerie, ¿qué pasa?!-exclamó el señor Trick de repente. El señor Trick era el profesor de periodismo y de tecnología del instituto.

-¡Señor Trick, Ciara no mejora mis reclamos!-respondió Valerie.

-¿Qué hay que mejorar? Tu carácter, únicamente-salió Blas en defensa de Ciara.

-Blas, no te metas en esto, y por favor, vuelve al trabajo-le ordenó el señor Trick.

El señor Trick llegó a la zona de Ciara, que hacía su esfuerzo por mantenerse serena con el señor Trick.

-Ciara, ¿qué ocurre? No eras así con ninguno de los empleados, y una de las normas es tratarlos bien y respetarlos. ¿Qué problemas tienes con Valerie?-le preguntó el señor Trick.

-Señor Trick, lamento decirle que con Valerie no simpatizo-respondió Ciara con sinceridad-. Ella siempre intenta comportarse como si fuera la ama de todo, y no es así. Y luego se queja de la actitud del resto del equipo. ¡Si es que nadie la aguanta!

-Basta ya de poner pegas al asunto, Ciara, no he recibido ninguna queja de ningún miembro del equipo, salvo tuyas últimamente por no querer admitir a Valerie-la riñó el señor Trick-. En un periódico se admite al que quiere tener el futuro como periodista. Y en este mundo hay que tratar con quienes nos caen bien y mal en el colegio y en el trabajo.

-Pero Valerie no quiere ser periodista-dijo Ciara-. Sólo quiere manejar el periódico a su manera para que en todos los números salgan cosas sobre ella y disminuir las ventas.

-Ciara, valió ya de mentir, sal de clase-le ordenó el señor Trick.

-Pero...pero...-replicó Ciara, pero el señor Trick le dijo:

-Nada de peros, te he dicho fuera de clase.-Luego se volvió a Valerie y le dijo con amabilidad-: Perdona a Ciara, Valerie, nunca era así hasta ahora. Ah, y ocupa el puesto de dirección, anda.

-Tal vez sean las hormonas, señor, andan botando por cualquier parte, ya sabe...-dijo Valerie, fingiendo ser comprensiva y haciéndole la pelota.

Ciara salió de clase a regañadientes, y se quedó mirando al pasillo mientras Valerie se sentaba en la silla y comenzaba a mandonear a diestro y siniestro. Fue entonces cuando Will, que iba de camino al baño de los chicos, se encontró con ella y le preguntó:

-¿Qué haces fuera de clase?

-Me echaron por culpa de la rata de Valerie-respondió ella.

-Bueno, no siempre gana el protagonista en una batalla-dijo Will-. A veces tienes que dejar que las cosas surjan y que tome mando el antagonista.

-¿Perdona? ¡Eso es de cobardes como vosotros!-exclamó Ciara-. ¡Y no pienso permitir que Valerie se salga con la suya y que el periódico caiga en picado por su culpa! ¡Y de no ser porque nadie sabe quién es realmente, a nadie le interesaría su vida, y mucho menos, ser su amiga!

-Ignoraba que fueras perseverante y valiente-dijo Will, con arrogancia-. ¡Hasta luego!

Terminó la hora de francés. Nosotras fuimos a buscar a Ciara para el segundo recreo al aula de informática, pero no estaba.

-Pero...¿dónde se ha metido?-preguntó Ella.

-Eso me pregunto yo también-dijo Felicity.

-A lo mejor ha salido-dije-. Iré a buscarla al patio por si acaso. Si no está en el aula de informática, tiene que estar en el patio.

-¡Esperad!-nos detuvo Alex, mientras observaba detenidamente a Valerie en el sitio de la directora hablando con el señor Trick-. Creo que ahí está el problema.

-¿Valerie? ¡Por favor, no me digáis que el señor Trick ha sustituido a una pieza tan valiosa e importante como Ciara por una birria como Valerie!-dijo Sheila.

-La verdad es que sí-dijo Ciara en tono apagado.

-No lo vamos a permitir-dijo Alex-. Lo que está haciendo Valerie...

-...ya da igual-terminó Ciara-. Las ventas del periódico ya no son mi problema. Estoy oficialmente expulsada del equipo por orden de Valerie. Pero seamos optimistas: Siempre y cuando hay otras posibilidades. Ya me da igual lo que Valerie haga con el periódico.

-Pero...¿nadie se ha molestado en apoyarte?-preguntó Sheila.

-Blas, pero el señor Trick denegó su ayuda porque cree que Valerie es mejor que yo para el puesto-respondió Ciara-. Pero ya lo tranquilicé para que no se molestara más en ayudarme, y se lo agradecí. Mis días como aprendiz de periodista han terminado.

-¡No puedes rendirte! ¡Tú misma nos lo dices siempre!-exclamó Alex.

-Cierto-dijo Ella-. Tú siempre nos dices cuando estamos depres que no hay que rendirse por nada, ni siquiera por conseguir nuestros sueños. ¡Hay que esforzarse! Y si hay un obstáculo que nos lo impida, hay que hacer algo al respecto.

-Hay un refrán que dice: Las rosas nacen de las espinas. De todo lo malo siempre nace algo bueno-añadí-. Seguro que, en cuanto solucionemos todos estos problemas, ¡quién sabe! Algo bueno nacerá.

-Estamos de acuerdo en ello-dijeron Felicity, Ella, Sheila y Alex al unísono.

-Admito que yo también, vale-dijo Ciara.

En ese momento llegó la directora, la señora Cooper. ¿Qué hacía allí? Normalmente era una mujer trabajadora, se pasaba el día en el despacho y muy pocas veces se reunía en la sala de profesores para tomar su café matutino en el recreo o para desplazarse hacia otras aulas. Pero en cuanto vimos que acompañaba a Annabella, nos quedamos sorprendidas.

-Buenos días, chicas-nos saludó la directora.

-Buenos días-respondimos todas.

Mientras la directora hablaba seriamente en el aula de informática con el señor Trick y con Valerie, Ciara le preguntó a Annabella:

-Annabella, ¿qué pasa?-preguntó.

-Es un regalo de agradecimiento por haberme defendido, fui a quejarme a la directora del comportamiento de Valerie y los desagradables chicos de vuestra clase, se han comportado muy mal con vosotras y conmigo-dijo Annabella-. Pero hice una excepción: Joe fue el único que no se metió conmigo.

-No tendrías por qué haberlo hecho-dijo Ciara-. En nuestro nombre te damos las gracias de corazón, Annabella.

-Yo también os doy las gracias por haberme defendido-dijo Annabella.

-No ha sido nada-dijo Ciara-. Sólo queremos ayudar a la gente infeliz y defender a la gente indefensa cuando lo necesitan.

-Lo mismo digo, no ha sido nada el regalo de agradecimiento, lo hice porque vosotras sois las mejores, de verdad, que vuestra amistad dure para siempre-dijo Annabella-. Deberían hacer un club de fans de vosotras. Tengo un montón de nombres en la cabeza que podrían encajar perfectamente con vosotras: Smiling Friends, Sunshine Eyelashes, Flashing Cameras...

-Gracias-dijo Ciara.

Entonces una idea me vino a la cabeza:

-Annabella, me has dado una idea-dije.

-¿De qué se trata?-preguntó Annabella.

-Nosotras seis somos un grupo, pero hasta ahora no teníamos nombre-le expliqué-. Ya que tú has dicho Smiling Friends, lo llamaremos así. ¿Qué os parece, chicas?

-Guay-respondió el resto al unísono.

-Annabella, como regalo de agradecimiento, si quieres, puedes unirte a nuestro grupo-dijo Ciara.

Annabella se lo pensó y respondió:

-Lo siento, desgraciadamente no puedo, porque, veréis, mi hermana Isabella es una chica muy celosa, y si a ella no le dan lo mismo que a mí, va a ser que os va a hacer la vida imposible por los celos, así que prefiero ahorraros molestias, porque bastante tenéis con Valerie Guasch... No os ofendáis, chicas, ¿pero podría ser en otra ocasión?

-Sí, por supuesto, nosotras estaremos encantadas de aceptarte-respondió Ciara.

-Y nunca nos ofendemos por nada, no somos unas mal tomadas-dijo Ella.

-Y si la boba de tu hermana se mete contigo, no le hagas ni caso, a no ser que sea algo grave, claro, ahí es cuando tienes que decírselo a tus padres (si es en casa) o profesores (si es en el colegio)-le aconsejó Felicity-. Te tiene celos. Tú vas a salir ganando, Annabella, no te rindas. ¡Pero tampoco se lo digas a Isabella, ¿eh?! Es una buena lección que le enseñará la naturaleza cuando crezca.

-Sí, ese es nuestro lema-dijo Alex-. No rendirse nunca.

-De acuerdo, no se lo diré. Y muchísimas gracias-dijo Annabella.

-De nada, para eso están las amigas-dijo Ciara.

-Entonces, aunque de momento no pueda pertenecer al grupo, ¿somos amigas?-preguntó Annabella.

-¡Claro! No tienes por qué ser de un grupo para ser amiga de alguien-respondió Ciara.

Annabella sonrió: Aquel fue el mejor día de su vida. ¡Por fin no iba a permanecer en compañía de su horrible hermana y de sus horribles amigas como perrito faldero! Ahora ya podía expresarse y abrirse más.

Todo terminó muy bien: En cuanto a Valerie y a los chicos (excepto Joe) recibieron un buen castigo: Permanecerían en el aula de castigo durante 2 semanas bajo la supervisión de la señora Measly; Ciara recuperó su puesto de directora del periódico escolar, y ningún profesor volvió a confiar en Valerie desde entonces. E Isabella también recibió su merecido: Sus padres la castigaron dos semanas sin salir con sus amigas por herir los sentimientos de su hermana.

¡Ah, por poco se me olvida contaros otro detalle! Creamos el grupo: Smiling Friends. ¡Y hablando de Smiling Friends...! ¿A que no sabéis una cosa? Annabella nos dio una sorpresa el lunes siguiente a la hora del recreo: ¡Había fundado un club de fans de nosotras!

-Bueno, ahora estamos en competencia con Valerie-comentó Ciara, sonrojada, el día de la sorpresa-. ¡Hay que ver!

-¡Qué más da! Total, tendrá menos posibilidades-dijo Annabella.

¡Pobrecita, estaba tan ilusionada! No quisimos herir sus sentimientos, por tanto decidimos dejar la situación como estaba: Un club de fans nuestro no será malo después de todo, ¿verdad?

Realmente, ser popular no es intentar tener los requisitos adecuados...No necesitas ningún tipo de revista que te diga cómo ser: Cada persona tiene su propio estilo y su propia "chispa" que la caracteriza. En mi opinión, ser popular no importa. Lo importante es ser uno mismo y quererse a uno mismo. ¡Eso sí que aporta bienestar!